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Estados Unidos ha advertido en los últimos días a Israel respecto de las represalias por los atentados palestinos, pero el ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, ya dio el visto bueno: el ejército de Israel realizará una operación de gran envergadura en el norte de Cisjordania, especialmente en Nablus, en respuesta al ataque en la noche del domingo contra el kibbutz de Metzer, donde un palestino mató a cinco personas. El ataque fue reivindicado por las Brigadas de los Mártires Al Aqsa, grupo armado vinculado a Al Fatah, el movimiento político al que pertenece el líder palestino Yasser Arafat. El ejército israelí ya realizó ayer una incursión en el campo de refugiados de Tulkarem, sin que se registraran muertos ni heridos, y ayer por la noche efectuó un ataque con helicópteros en la ciudad de Gaza. Entretanto, sigue la campaña dentro de los partidos para los comicios de febrero. En el Likud, el actual canciller Benjamin Netanyahu dijo que lo primero que hará si es electo es “expulsar a Arafat de los territorios”. Los candidatos laboristas parecen de acuerdo en establecer un muro de contención entre Israel y los territorios autónomos palestinos.