Las fuerzas de la policía iraní y del Basij (la milicia islámica) detuvieron ayer en Teherán a decenas de personas que se manifestaban en las calles de la capital, al mismo tiempo que impedían las concentraciones en las principales plazas de la ciudad. Estas fueron escenarios de una fuerte presencia policial después de que el “Movimiento verde” convocara a sus seguidores a una manifestación en todo el país para conmemorar la muerte de la joven Neda.

Neda Aghasoltan murió hace 30 días durante una manifestación de protesta en contra de los resultados de las elecciones del pasado 12 de junio. Falleció por una bala que le dio en el corazón disparada por la milicia Basij y un video con su muerte dio la vuelta al mundo. Las elecciones dieron la victoria al actual presidente, Mahmud Ahmadinejad, mientras que sus tres rivales calificaron de “fraudulentos” estos comicios.

En la plaza de Hafte Tir en el centro norte de Teherán, las fuerzas de la policía, el Basij y los guardianes revolucionarios llenaron casi todas las aceras, de unos 25.000 metros cuadrados, para impedir la presencia de manifestantes. “Hay tanta policía que nadie puede decir nada”, dijo el dependiente de una zapatería, quien afirmó que “por cada persona hay tres policías”. Cuando comenzaba a anochecer se acercó a la plaza una caravana de motocicletas de la policía procedente de Valiasr y la calle de Enghelab donde, según informaron de los manifestantes, hubo enfrentamientos y detenciones.

Paralelamente a las manifestaciones y como una nueva forma de protesta, el movimiento verde había pedido a la población que apagara todas las luces y aparatos eléctricos durante cinco minutos, de 20.55 a 21.00 y que posteriormente pusiera en funcionamiento todos los aparatos de alto consumo como planchas, tostadoras y hornos de microondas. Los líderes activistas esperaban que el encendido abrupto pudiera provocar cortes de luz y dejar Teherán a oscuras permitiéndoles manifestar en las calles. La protesta eléctrica es la última de una serie de esfuerzos para seguir manifestándose sin hacer algo ilegal y sin riesgo de ser arrestados.

Sin embargo, la ciudad no quedó a oscuras, al menos en la no-roeste de Teherán. En la plaza de Enghelab, próxima a la Universidad de Teherán, los policías impedían la concentración de manifestantes, mientras que agentes del Basij, vestidos de civil, caminaban entre la gente. En el parque de Hafte Tir hubo a la tarde un intento de manifestación cuando un grupo de unas cien personas –la mayoría mujeres– intentaron bajar la calle hacia el sur, pero fueron dispersadas por las fuerzas de Basij y la policía, que estaba montada en motocicletas, se subió a las veredas y obligó a los manifestantes a dispersarse.

Las grandes ciudades de Irán, especialmente la capital, fueron en las semanas pasadas escenario de manifestaciones después de que el Ministerio iraní del Interior, controlado por los aliados del presidente Mahmud Ahmadinejad, anunciara su triunfo en las urnas. Las manifestaciones fueron convocadas por el denominado Movimiento verde de los partidarios del ex candidato prorreformas, Mir Hossein Musavi, quien pidió la cancelación de las elecciones.

El lunes, el ex presidente Katami llamó a un referendo sobre la legitimidad del gobierno. Sólo el Líder Supremo, el ayatola Alí Jamenei puede organizar una consulta electoral, y ya declaró que los comicios fueron válidos. Katami, citado en los sitios web iraníes, dijo que millones de iraníes han perdido la fe en el proceso electoral.