Jueves, 8 de octubre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › LA OFICINA DE PRESUPUESTO DEL CONGRESO AVALA LA REFORMA DE SALUD
El organismo apartidario estimó que la iniciativa sanitaria no sólo ampliará la cobertura de salud a cerca de 30 millones de norteamericanos, también cumplirá con el objetivo presidencial de reducir el déficit fiscal para el 2019.
El plan de reforma de salud del presidente estadounidense, Barack Obama, recibió ayer un espaldarazo clave: según la Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense (CBO, por sus siglas en inglés), los números cierran. El organismo apartidario estimó que la iniciativa de Obama no sólo ampliará la cobertura de salud a cerca de 30 millones de norteamericanos que actualmente no tienen ningún plan, sino que además cumplirá con el objetivo presidencial de reducir el gigantesco déficit fiscal para el 2019.
“Esta noticia es fabulosa, es transformadora. Cambia el panorama actual por completo”, festejó el congresista Max Baucus, presidente del Comité de Finanzas del Senado y autor del proyecto de ley. “Es exactamente para lo que estuvimos trabajando los últimos dos años: para obtener este reconocimiento”, subrayó Baucus. El Comité de Finanzas de la Cámara alta podría votar el proyecto hoy mismo.
De acuerdo con las proyecciones de la CBO, la reforma de salud propuesta por Obama costará 829.000 millones de dólares a lo largo de los próximos diez años. Sin embargo, según esa oficina pública, el desembolso se vería más que compensado por miles de millones de dólares que el Estado norteamericano dejaría de transferir a programas como Medicare y el ingreso que generaría un impuesto que se cobraría a los seguros médicos de alta gama a partir de 2013.
Hechas todas las cuentas, afirmó la CBO, el ahorro neto generado sería de 81.000 millones de dólares para la próxima década y seguiría aumentando en los años subsiguientes. Además, del 83 por ciento de la población estadounidense que actualmente tiene cobertura médica, se pasaría a un 94 por ciento para 2019.
El análisis del impacto financiero y presupuestario del proyecto que realizaron los auditores era una de las cosas que estaban esperando los miembros del Comité de Finanzas para impulsar la votación. La reforma de salud, es claro, no es un proyecto más: se trata de una de las principales reformas que Obama prometió durante su campaña y que, de por sí, genera mayor resistencia no sólo en la bancada republicana, sino en parte de la propia tropa demócrata.
Por si fuera poco, la CBO precisó que el proyecto redactado por Baucus era el único de los cinco bocetos que circulan en Capitoll Hill que cumple específicamente con las metas trazadas por Obama y los principales líderes del Partido Demócrata. A saber: que cueste menos de 900.000 millones a lo largo de los próximos diez años, que expanda de manera considerable la cobertura y que no aumente “en un dólar”, como dijo Obama, el déficit del gobierno federal.
Más allá de la reforma de salud, la CBO calculó que el déficit presupuestario de Estados Unidos para el año fiscal 2009 alcanzaría el 1,4 billón de dólares, es decir, unos 950.000 millones más que hace un año. “El déficit equivale así al 9,9 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) estadounidense, algo nunca visto desde 1945”, subrayó el organismo en su análisis mensual.
La estimación, sin embargo, todavía debe ser confirmada por el Departamento del Tesoro, que en los próximos días publicará las cifras oficiales para el año fiscal 2008-2009 que en Estados Unidos termina a fines de septiembre. La Casa Blanca ya había advertido en agosto pasado que esperaba un déficit federal de 1,58 billón de dólares para el corriente año fiscal.
En el ejercicio finalizado, según determinó la CBO, las cuentas del Estado se vieron afectadas, por un lado, por la caída de la recaudación fiscal como consecuencia de la crisis financiera –lo que redujo tanto los ingresos de las empresas como de los hogares– y, por el otro, por el aumento del gasto público destinado a relanzar la economía (en particular, debido al paquete de estímulo fiscal de 787.000 millones de dólares aprobado entre el final de la administración de George W. Bush y a comienzos de la administración Obama y el dinero destinado a rescatar a los principales fondos de inversión y bancos del sistema financiero).
El gobierno de Barack Obama se comprometió a reducir el peso del déficit fiscal a menos del 3 por ciento del PBI para el final del ejercicio fiscal del año 2013. Ese año, en caso de no ser reelecto, Obama termina su mandato. La Casa Blanca ya señaló que espera un déficit de 4,6 por ciento del PIB para el año fiscal 2012-2013. El último año será clave para cubrir la brecha. En el año fiscal 2007-2008, el déficit del presupuesto fue de 459.000 millones de dólares, es decir, un 3,2 por ciento del PBI.
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