Lunes, 15 de febrero de 2010 | Hoy
EL MUNDO › EN EL SEGUNDO DIA DE INCURSION AL BASTION DE LOS TALIBAN EN LA PROVINCIA DE HELMAND EN AFGANISTAN
Las víctimas, 10 de ellas pertenecientes a una misma familia, murieron cuando dos misiles disparados por tropas norteamericanas fallaron en su objetivo. La ofensiva contra los talibán está siendo muy difundida por las potencias.
Por Kim Sengupta y
Julius Cavendish *
Desde Kabul
Fuerzas norteamericanas, británicas y afganas reivindicaron ayer la realización de firmes incursiones en el último gran bastión talibán en la provincia de Helmand. Aunque la misión fue considerada exitosa, la jornada se nubló tras la confirmación de 12 muertos civiles en un ataque con misiles de la OTAN.
Las víctimas, 10 de ellas pertenecientes a una misma familia, murieron cuando dos misiles disparados por tropas norteamericanas fallaron en su objetivo contra un complejo utilizado por los insurgentes, impactando en un edificio cercano donde los civiles se refugiaban de los combates.
Feroces batallas estallaron ayer en la provincia afgana, en lo que fue el segundo día de la incursión de la OTAN en Marjah. El operativo, según revelaron fuerzas norteamericanas, fue comparable a los enfrentamientos contra la insurgencia afgana acaecidos en 2004, cuando se recuperó la ciudad iraquí de Fallujah.
La muerte de los civiles ocurrió en el distrito de Nad-e-Ali. Aún no queda claro si los combatientes talibán estaban disparando a tropas norteamericanas o británicas cuando los misiles fueron lanzados y sobrepasaron su objetivo en más de 300 metros. En un intento de controlar los daños, el comandante general de las fuerzas norteamericanas, Stanley McChrystal, salió rápidamente a emitir una disculpa y a ordenar una investigación por la muerte de este grupo de civiles. Su campaña de contrainsurgencia, afirmó, busca poner el acento en la protección de las comunidades más que en la matanza de los insurgentes. “Resulta lamentable que en el curso de nuestros esfuerzos se pierdan vidas inocentes”, señaló.
Previo al comienzo de la Operación Moshtarak (la que significa “Juntos” en dari), el presidente afgano, Hamid Karzai, había advertido a las fuerzas de la OTAN que tendrían que hacer todo lo posible para evitar víctimas civiles. Por lo sucedido, se cree que habrá compensaciones económicas inmediatas para las familias, en tanto que el uso del sistema de cohetes de artillería de alta movilidad, responsable de las muertes, se suspendió hasta que se termine con la revisión pertinente. Varios oficiales militares de Occidente han acusado a los talibán de ejecutar sus ataques buscando la proximidad de los civiles como protección.
De acuerdo con la OTAN, cerca de 20 combatientes talibán han muerto y 11 han sido capturados, mientras que la vasta mayoría de los miles de insurgentes en el área parecen haber desaparecido luego de la difusión del operativo. El comandante de la marina norteamericana, general Larry Nicholson, dijo: “Serán probablemente 30 días de limpieza de Marjah, pero eso no significa necesariamente una intensa batalla armada. Lo que hemos hecho hasta ahora refleja cómo serán los días siguientes, pequeños focos de enfrentamientos por pequeños grupos de individuos”, estimó.
Gracias en parte a la enorme campaña publicitaria que la precedió, la operación para acabar con los talibán en el sur del país parece cada vez más una prueba militar y una estrategia política de las potencias occidentales en Afganistán. Y se espera que el resultado de la misma tenga un golpe propagandístico de gran alcance. “Este es un momento importante porque es la primera vez que reunimos todos los elementos de la nueva estrategia del presidente”, afirmó en días pasados el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, James Jones.
La mayoría de los habitantes de Marjah, entre 50 mil y 100 mil aproximadamente, han quedado paralizados entre la orden de “mantener sus cabezas bajas” dada por la OTAN y la presencia de minas puestas por los talibán en las cercanías de la ciudad.
El líder talibán en Marjah, Mullah Abdul Razaq Akhund, insistió en que sus combatientes han hecho retroceder a las tropas de la organización internacional y a sus aliados afganos, quienes, según dijo, están tratando de enmascarar su derrota en la república islámica. “Diez soldados extranjeros fueron asesinados por bombas al costado de los caminos, y también hemos destruido varios vehículos. Nosotros hemos tenido pocas muertes”, señaló.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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