Jueves, 18 de febrero de 2010 | Hoy
EL MUNDO › EL PREMIER ESPAÑOL PROPUSO UN DIALOGO PARA SALIR DE LA CRISIS ECONOMICA
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ofreció un pacto nacional a las distintas fuerzas políticas del país, con el objetivo de lograr una salida a la galopante crisis económica que azota al mismo desde 2008. En su comparecencia ante el Congreso, el mandatario anunció la creación de una Comisión del Ejecutivo destinada a lograr consensos en materia económica. Pero la iniciativa chocó con la fuerte oposición del líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, quien calificó la medida de “inútil” e instó al mandatario a rectificar “a fondo” su política económica o a renunciar.
Zapatero se encuentra entre la espada y la pared. Las serias dificultades que enfrenta España para salir de la recesión, reducir su abultado déficit del 11,4 por ciento y la elevada tasa de desempleo de casi 4,3 millones de personas obligaron al mandatario a tender puentes hacia la oposición en un intento de crear estrategias conjuntas. “Es necesario extender los acuerdos. El gobierno pide el consenso con su mejor voluntad a todos los grupos de esta Cámara”, afirmó ayer un visiblemente preocupado Zapatero ante el plenario de la Cámara de Diputados. “Cambiar esta historia es responsabilidad de todos, vamos a poner toda la carne al asador”, sostuvo el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), para luego anunciar la conformación de una comisión de diálogo encabezada por los funcionarios de gobierno Elena Salgado, ministra de Economía; Miguel Sebastián, ministro de Industria, y el titular de Fomento (Transporte y Obras Públicas), José Blanco, la cual deberá negociar reformas con todos los partidos en el plazo máximo de dos meses. Según explicó el mandatario, las iniciativas sobre las que trabajará la comisión se centran en cuatro aspectos: mejorar la competitividad de la economía española y fomentar la creación de empleo; impulsar la renovación del sistema productivo industrial; reformar el sistema financiero para garantizar estabilidad e implementar medidas destinadas a reducir el déficit público. El presidente señaló asimismo que convocará inmediatamente a todos los grupos políticos para negociar las reformas, siendo el objetivo que las mismas sean operativas antes del fin del primer semestre.
“Este diálogo es un reto para todos. Supone dar respuesta a la demanda de los ciudadanos y obliga a superar recelos, conciliar ambiciones legítimas, aceptar soluciones parciales y aprovechar todas nuestras capacidades”, dijo Zapatero, al tiempo que reconoció que los dos principales problemas del país son el paro y el déficit, aunque apuntó a que los indicadores económicos muestran una situación que evoluciona lentamente hacia un menor deterioro.
Lo que se esperaba fuera un debate de ideas entre las fuerzas políticas del país terminó en un tenso cara a cara entre el primer mandatario y el responsable del PP, Mariano Rajoy, promediando el encuentro. “Nos habla de acuerdos, más palabras y anuncios, nos propone una comisión. Usted acordó conmigo en octubre de 2008 una mesa de reformas estructurales y aquí no hay nada; no hacen falta comisiones ni anuncios. Déjese de comisiones y rectifique a fondo su política económica”, dijo un encolerizado Rajoy durante el encendido plenario. “Si no lo hace, dada la situación, tiene que permitir que otros lo hagan. Es preciso que las cosas cambien, pero quien lo impide es usted. Si hiciera usted esto, empezaría a dar muestras de que se toman en serio las cosas; entonces podremos hablar de la reforma laboral, de un nuevo modelo de contrato, de la reestructuración del modelo financiero, de pensiones y de competitividad”, subrayó el líder del PP.
Rajoy culpó a Zapatero del nerviosismo de los mercados y de la inquietud del panorama económico de España, atacando la falta de rumbo y la improvisación en materia económica de su gestión. “No es España la que inspira desconfianza. Es usted, es la forma que tiene este gobierno de llevar la economía”, apuntó el conservador. “No busque conspiraciones ni chivos expiatorios”, dijo desafiante.
Para el líder opositor, el Ejecutivo nacional tiene tres alternativas. “La primera, señor Zapatero, es que rectifique de manera profunda, aquí y ahora su política económica. La segunda es que disuelva el Parlamento y convoque a elecciones, aunque esta opción la veo poco probable. La tercera –dijo refiriéndose a los diputados del PSOE– es que ustedes que ganaron las elecciones, que tienen mayoría legítima y que invistieron al presidente del gobierno, pueden reconsiderar su posición. Si se mantienen en sostenerlo sufriremos dos años más”, sentenció. En tanto, la escueta respuesta del presidente no se hizo esperar. “Si tiene la valentía, pida una moción de censura”, retrucó Zapatero.
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