Martes, 13 de abril de 2010 | Hoy
EL MUNDO › DETALLES DE LA ASPEREZA POLíTICA QUE PRECEDIó AL ACCIDENTE AéREO
Por Tony Paterson *
El trágico viaje del sábado que dejó a Polonia sin su elite gobernante fue a instancias de una desagradable pelea entre el presidente Lech Kaczinski y su primer ministro sobre las tensas relaciones del país con Rusia, según se supo ayer. Mientras el cuerpo del presidente de 60 años, que murió junto con otras 95 figuras religiosas, políticas y militares yacía en su féretro y Polonia luchaba por aceptar la peor tragedia nacional desde la Segunda Guerra Mundial, los detalles de la aspereza política que precedieron al desastre surgieron en Varsovia.
Una multitud que cambiaba constantemente se reunía frente al palacio presidencial de estuco blanco, donde los pavimentos desaparecieron bajo el océano de flores, velas ardiendo en portavelas de vidrio y fotografías del difunto presidente y su mujer, María. Muchos hacían cola durante horas para firmar el libro de condolencias. Jana Sokolowsky, una oficinista de 45 años con tres niños, dijo que se había tomado el día en la oficina para hacer la larga cola que entraba al edificio presidencial. “Sentía que tenía que hacer algo”, dijo. “Este es uno de los momentos más tristes para Polonia y quería mostrar mi solidaridad y simpatía con todos los familiares de los que murieron en el accidente”, añadió.
Como muy pronto, el sábado se celebrará un funeral conjunto. “Es claro que la principal conmemoración de las víctimas debería tener lugar en un único evento. Todos volaron juntos, de manera que lo correcto es que todos se recuerden juntos”, dijo Jacek Sasin, un asistente cercano al presidente.
En Varsovia surgieron detalles del trasfondo político que hubo en el fatal vuelo del presidente que se dirigía a una ceremonia que marcaba el 70º aniversario de la masacre de Katyn de 22.000 oficiales polacos por parte de las fuerzas soviéticas. Las fuentes dijeron que Kaczynski y muchos de su entorno a bordo del trágico Tupolev no estaban satisfechos con los intentos para efectuar una reconciliación sobre la masacre de 1940 en una ceremonia especial en Katyn el miércoles, convocada por el primer ministro Vladimir Putin. Putin, un ex agente de la KGB, había invitado a su homólogo Donald Tusk para asistir a una ceremonia especial en recuerdo del hecho.
Pero la mano suave de Tusk para manejar ese evento puso a prueba la paciencia del presidente polaco, quien no había sido invitado. Decidió volar a Katyn él mismo tres días más tarde en compañía de sus aliados políticos desafiando a Putin. “Querían tener su propia ceremonia en Katyn para darle al aniversario la importancia que creían que merecía, pero sentían que le había sido negada por Rusia”, dijo ayer una fuente cercana a la oficina del presidente.
El presidente Kaczynski y miembros de su ultraderechista partido Ley y Justicia sintieron que habían sido desdeñados por el Kremlin. También estaban irritados de que al premier Tusk, líder del partido liberal Plataforma Cívica y antiguo rival de Kaczyinski, se le hubiera permitido tener el crédito por la ceremonia del miércoles. Pero aún más mortificante fue el hecho de que Putin no se hubiera disculpado específicamente por la masacre de los oficiales polacos en Katyn y simplemente se hubiera referido a las “víctimas del terror stalinista” durante la ceremonia.
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: C. D
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