El gobierno de Bolivia confirmó que una persona murió por los choques de policías con campesinos en la localidad de Caranavi, al norte de La Paz. Los pobladores del lugar reclamaban la instalación de una planta procesadora de cítricos. Pero, por orden de las autoridades, se construyó en la localidad vecina de Palos Blancos. Para mostrar su descontento, los campesinos cortaron por 12 días las rutas hasta que el viernes pasado el vicepresidente Alvaro García Linera envió a las fuerzas policiales a intervenir. Los campesinos se reunirán mañana con Evo Morales.

La operación policial dejó un saldo de una persona fallecida, una veintena de heridos y unos 35 detenidos. El ministro de Gobierno (Interior), Sacha Llorenti, reconoció que hay otra persona en estado muy grave –la prensa local hablaba de una segunda víctima–. Según el funcionario, la actuación de la policía se concretó para impedir los enfrentamientos entre civiles, “que ya se estaban produciendo”. Por su parte, los dirigentes de la comunidad, que se reunirán mañana con Morales, reclaman la renuncia de Llorenti y del viceministro de Régimen Interior, Gustavo Torrico. También, piden la dimisión de Fidel Surco, senador del oficialista Movimiento al Socialismo.

Hoy será otra jornada complicada para Morales. Por primera vez, la Central Obrera Bolivina (COB) convocó a un paro por tiempo indeterminado para exigirle al gobierno un incremento salarial del 8 por ciento para los trabajadores que ganan menos de mil bolivianos (165 dólares) y un 3,5 para los que sus sueldos son superiores. Aún no se sabe cuánto acatamiento tendrá la medida. La Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos no adherirá.