Sábado, 25 de septiembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › FALLO DE LA CORTE SUPREMA DE CHILE SOBRE LA HUELGA DE HAMBRE
Los ocho comuneros presos podrán ser alimentados por la fuerza por el personal de la cárcel, pero si las negociaciones que seguían anoche no tienen éxito, su protesta puede radicalizarse con una huelga líquida.
Por Christian Palma
Desde Santiago
Un día de tensión comenzó ayer cuando la tercera sala de la Corte Suprema ratificó por unanimidad el controvertido fallo de la Corte de Apelaciones de Concepción. El fallo había autorizado a la Gendarmería (como llaman en Chile al Servicio Penitenciario) a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la vida de ocho presos mapuches en huelga de hambre, incluyendo alimentarlos por la fuerza. Cinco detenidos están en el penal de El Manzano y tres en el de Lebu.
La sentencia confirmada por el máximo tribunal chileno estableció que estos ocho comuneros –de los 34 en ayuno desde julio– “deben recibir la atención, cuidados y prescripciones médicas en lo relativo a su alimentación, como también los posibles tratamientos medicamentosos que cada caso amerite”, argumentando que es para “garantizar su vida”.
En agosto la Corte de Apelaciones de Concepción había aceptado un recurso de protección presentado por Jorge Mera Hernández, director regional de Gendarmería, argumentando que los antecedentes permitían concluir que los huelguistas en los penales no sólo ponían en peligro su integridad física, sino que impedían a la institución “cumplir efectivamente con los cometidos que le han sido fijados por su ley orgánica”. Adicionalmente, si la situación fuese de urgencia, Gendarmería está ahora autorizada a administrarles medicamentos y llevarlos a un centro asistencial, incluso en contra de su voluntad.
Más al sur, en Temuco, corazón de la Araucania, el gobierno y representantes de las comunidades mapuches se reunieron ayer bajo fuertes medidas de seguridad en el Cerro Ñielol de la capital regional. Las partes acordaron volver a juntarse en cuatro semanas más, luego de que consensúen un proceso de consulta a nivel de las comunidades. Esta mesa de diálogo que convocó el gobierno para abordar las demandas de la etnia mapuche es considerada “coja”, pues no participan representantes de los comuneros presos en huelga de hambre. Tampoco estivo el arzobispo de Concepción, Ricardo Ezzati, quien a petición del gobierno oficia de “facilitador” de un posible acuerdo que permita el fin del prolongado ayuno.
El ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, quien participó del encuentro, dijo que “todo el mundo quedó muy satisfecho, pues hubo un diálogo muy intenso, una gran participación de las comunidades mapuches, también de los representantes de las distintas instituciones de la sociedad civil y cuyo resultado será reportado al presidente Sebastián Piñera mañana (por hoy)”. Pero lo cierto es que esa instancia no avanzó mucho.
El congelamiento de las tratativas puso los ojos otra vez en Concepción, la capital de la Región del Bío-Bío. Ahí, por más de dos horas, el subsecretario general de la Presidencia, Claudio Alvarado, y el arzobispo de Concepción, Ricardo Ezzati, más los tres representantes de los comuneros que hoy cumplen 75 días en huelga de hambre –Natividad Llanquileo, Pamela Pezoa y Adolfo Montiel– se reunieron a media tarde.
Según trascendió, Llanquileo llevaba una respuesta de los comuneros a la propuesta que supuestamente presentó el gobierno el jueves. Tal oferta consistiría en el retiro de las querellas por Ley Antiterrorista a los 34 comuneros, mientras que las demandas relativas a los testigos protegidos y el doble procesamiento (en la Justicia civil y militar) esperarían una solución legislativa.
El abogado de los huelguistas, Adolfo Montiel, dejó entrever que los comuneros no estarían conformes con la propuesta, pese a que más temprano había dicho que se esperaban “buenas noticias” al cabo de esta reunión.
Mientras tanto, los ex presidentes del Colegio Médico y actuales diputados Juan Luis Castro (PS) y Enrique Accorsi (PPD), advirtieron sobre el peligro de muerte que acecha a los comuneros en huelga de hambre.
Los parlamentarios –ambos médicos– explicaron que los resultados fisiológicos de una huelga de hambre tienen tres etapas y los comuneros ya estarían entrando en la última, que causa graves daños en los aparatos respiratorio, cardiovascular y digestivo, en las funciones endocrinas (hormonas) y en el sistema inmunológico.
“A estas alturas, las posibilidades de muerte están dadas: ya sea por una falta de riego cerebral –que significa caer en un estado de letargo, de pérdida de conciencia e incluso llegar al coma profundo– o bien por una falla cardíaca aguda, que significa que la bomba del corazón deja de funcionar, porque las propias arterias del corazón no le dan la sangre a este motor del organismo, que le permita seguir funcionando”, enfatizó Castro.
Al cierre de esta edición, seguía la cita considerada clave por todas las partes involucradas sin que se supiera qué resultados había. La importancia del encuentro es que su resultado derivaría en el fin del ayuno de los comuneros o la radicalización de su medida de presión, al incluir desde hoy una huelga líquida.
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