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Los perfiles de la próxima guerra parecen estar definiéndose en Medio Oriente y Asia Central. Después del mensaje del Estado de la Unión en que George W. Bush definió a Corea del Norte, Irak e Irán como un “eje del mal”, tres declaraciones de funcionarios de Israel apuntaron a los dos últimos países como fuentes de desestabilización en la zona. Una, proveniente del canciller Shimon Peres, responsabilizó a Irán de entregar a la milicia fundamentalista libanesa Hezbolá 8000 misiles capaces de alcanzar Israel. Otra, del primer ministro Ariel Sharon, culpó a Irak de realizar contrabando de armas para los palestinos, a través de Jordania. Y una tercera, del viceministro Natan Sharansky, amenazó a Irak con represalias en caso de que Israel sea atacada con armas de destrucción masiva. El contexto, como muchas veces en Medio Oriente, es paradójico: también ayer siguieron las negociaciones bajo cuerda entre Israel, los palestinos y Estados Unidos, mientras cinco activistas del Frente Democrático para la Liberación de Palestina morían por el estallido de una bomba en el automóvil en que se desplazaban, en lo que según los palestinos fue un ataque israelí y, según los israelíes, la explosión accidental de una bomba con la que iban a cometer un atentado terrorista.
Peres formuló su denuncia en una entrevista con el diario International Herald Tribune, en que también dijo que Corea del Norte había provisto a Irán de un misil de mediano alcance y que los dos países estaban trabajando conjuntamente para desarrollar un misil de largo alcance capaz de impactar en América del Norte. Según diplomáticos que pidieron no ser identificados, Peres habría discutido la información de inteligencia en que basó sus declaraciones con el secretario de Estado norteamericano Colin Powell. “Durante los últimos seis meses, Irán ha dado a Hezbolá una colección de 8000 misiles Katiusha con un alcance de entre 20 y 70 kilómetros, y esos misiles colocan una amenaza directa para Israel”, dijo Peres en la entrevista. Además, en una advertencia que estuvo dirigida al Líbano pero que puede ser un tiro por elevación a Siria, que tiene 30.000 soldados estacionados en el Líbano, Peres dijo que “si Hezbolá piensa que puede dispararnos esos misiles contra Israel desde el Líbano, tenemos que advertir al Líbano” que Israel no lo permitirá. Peres también dijo que “Irán ha recibido un viejo modelo norcoreano Shihab-3 con un alcance de 1500 kilómetros. Y ahora Irán, en colaboración con Corea del Norte, está tratando de construir un misil con un rango de 10.000 kilómetros, que podría amenazar a América del Norte”.
Irán, a todo esto, salió ayer a desmentir la denuncia formulada el domingo por el secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld, quien acusó al régimen islámico de haber provisto refugio a milicianos talibanes y de Al-Qaida para que huyeran de Afganistán, y un vocero de la Cancillería advirtió a Estados Unidos contra un ataque a su país.