Un estado de anarquía se vive por estas horas en Túnez, luego de que el dictador dejara el país y detrás de sí 23 años de represión. Violentos enfrentamientos opusieron ayer a las fuerzas de seguridad con elementos leales al derrocado déspota Zine El Abidine Ben Alí, que culminaron con el asalto del palacio presidencial de Cartago. El primer ministro, Mohammed Ghannouchi, advirtió por la noche que las autoridades de transición no mostrarán “ninguna tolerancia” con quienes siembren el caos en el país, en declaración telefónica a la televisión pública.

Disparos, primero esporádicos, luego más intensos, se registraron durante horas en la capital Túnez, entre francotiradores escondidos en edificios y policías y militares. Dos francotiradores murieron en esos choques, anunció un oficial del ejército. Horas más tarde, el ejército tunecino dio el asalto al palacio presidencial de Cartago, en el que estaban atrincherados elementos de la guardia presidencial de Ben Alí, según dijo una fuente de seguridad. De acuerdo a la televisión pública, policías que estaban en la Escuela de Altos Estudios Comerciales (HEC), cerca de la sede de gobierno, llamaron al ejército para que los apoyara, pues eran objeto de disparos.

En los últimos dos días aparecieron jóvenes no identificados que vestían jeans y chaquetas de cuero y llevaban fusiles Kalashnikovs. Algunos adolescentes se lanzaron a las calles con palos de madera; nadie los detuvo en sus intentos por quemar casas, oficinas y edificios públicos.

El ex jefe de la seguridad de Ben Alí, el general Alí Seriati, fue detenido cuando intentaba huir a Libia. Algunos miembros de la familia de Ben Alí llegaron a París o Disneylandia pidiendo asilo, mientras que otros movieron su dinero, autos y sirvientes a Dubai. Pero otros familiares no pudieron escapar y pagaron el precio. Imed Trabelsi, un sobrino de Leila –la mujer del dictador– murió linchado por un grupo.

Mientras tanto, el premier Mohamed Ghannuchi inició reuniones con los partidos políticos para intentar formar un gobierno transitorio en este país del norte de Africa. El sábado había asumido como presidente interino Foured Mezbazaa. Ghannuchi excluyó de sus encuentros a los comunistas e islamistas, declarados ilegales por el régimen de Ben Alí. La reunión tenía por objeto nombrar tres comisiones: una para preparar la formación de un gobierno, otra para investigar las agresiones y la represión que dejaron decenas de muertos tras un mes de manifestaciones y una tercera para examinar las acusaciones de corrupción contra el eterno régimen.

Una dirigente de un partido opositor dijo que la composición del nuevo gobierno tunecino será anunciada hoy y que los partidos que antes estaban vinculados al poder serán excluidos. “La composición del nuevo gobierno será anunciada mañana por la mañana (por hoy)”, declaró Maya Jribi, secretaria general del Partido Democrático Progresista (PDP, la oposición legal más radical en Túnez).

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, expresó desde Washington el optimismo de Estados Unidos por las promesas de apertura.

EE.UU. está “esperanzado por las recientes palabras del primer ministro (Mohamed) Ghannuchi y el presidente interino (Fued) Mebazaa, que indicaron que estaban dispuestos a trabajar con todos los tunecinos más allá de su espectro político y con la sociedad civil para construir un gobierno verdaderamente representativo”, afirmó en un comunicado.

El consulado francés en Túnez anunció, por su parte, que el fotógrafo franco-alemán de la agencia EPA, Lucas Mebrouk Dolega, de 32 años, herido el viernes en Túnez, se hallaba en “estado crítico” pero no murió, como se había anunciado.