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El segundo mandato del canciller Gerhard Schroeder se ve signado por la crisis. A la baja de su popularidad y la doble derrota de su Partido Socialdemócrata en las elecciones regionales del domingo en Hesse y Baja Sajonia, se sumó ayer un dato mayor: el número de desempleados en Alemania aumentó en enero a 4.623.100 personas, la cifra más alta de los últimos cinco años, según informó la Oficina Federal de Empleo en la ciudad de Nuremberg. En base a las nuevas cifras, la tasa de desempleo en todo el país creció al 11,1 por ciento de la población activa, mientras que en el este aumentó al 19,5 por ciento.
El aumento, superior al previsto por los expertos, fue de 398.000 personas con respecto a diciembre y de 333.200 frente a enero de 2002. Al presentar las nuevas cifras, el presidente de la Oficina Federal de Empleo, Florian Gerster, habló de un considerable empeoramiento del mercado de trabajo y consideró que todavía no se pueden apreciar en el mundo laboral los primeros signos de una estabilización económica general. Un dato: el mayor número de desempleados desde la reunificación alemana en 1990 se alcanzó en enero de 1998, con 4.823.200 personas. Desde entonces, la marca de los 4,5 millones fue superada sólo a principios de 1997 y en el invierno de 1997/98.
Gerster prevé que en febrero las cifras sean igual de malas, pero, según señaló echando paños fríos, “con absoluta seguridad no se superará la marca de los cinco millones”. No obstante, el presidente de la Oficina Federal de Empleo dijo esperar que se produzca un punto de inflexión en la segunda mitad del año, cuando empiecen a hacer efecto las reformas del mercado de trabajo iniciadas por el gobierno.
En las elecciones generales del 22 de septiembre, en las que Schroeder resultó vencedor frente al conservador Edmund Stoiber, el mismo canciller anticipó que “si no logramos reducir significativamente la tasa de desempleo no merecemos ser reelectos”. Al actual canciller se lo acusa en la Cámara Baja de haber ocultado información económica antes de las generales del año pasado. Cuatro años antes, la administración centroizquierdista había ganado con la promesa de reducir el desempleo.
Esta semana el canciller salió a prometer un programa de reformas económicas, a la vez que rechazó los rumores sobre su renuncia. El plan consiste en hacer cambios en el mercado laboral y el sistema de pensiones y salud. El electorado de Hesse y Baja Sajonia, el estado de Schroeder, manifestó el domingo su descontento por el actual estado de la economía y provocó grandes pérdidas para el partido Socialdemócrata. Con la derrota de Baja Sajonia, el estado natal de Schroeder, la oposición centroderechista de los democristianos adquiere el control de la Cámara alta del parlamento federal, Bundestag, cuyos miembros son designados por los gobiernos estatales.