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Desde Roma

Periodistas y fotógrafos de todo el mundo se concentraron ayer ante el Juzgado de Milán en ocasión de la primera audiencia del proceso Mediaset, por fraude fiscal, contra el primer ministro italiano Silvio Berlusconi.

Se trata del primero de cuatro juicios en los que deberá presentarse Berlusconi entre febrero y abril, luego de que la Corte Constitucional –Suprema Corte en materia de leyes– declaró nula en diciembre una ley que el Parlamento aprobó el año pasado. La llamada ley de “legítimo impedimento” suspendía todos los juicios contra el premier porque él no podía estar presente a causa de sus compromisos oficiales.

Berlusconi tampoco estuvo presente ayer en el aula del tribunal de Milán y por eso fue declarado “en contumacia”, ya que sus abogados no habían presentado algún justificativo para su ausencia. La reapertura del proceso Mediaset, empresa de producción televisiva y cinematográfica del premier y su familia, duró pocos minutos. Sirvió para establecer un calendario y para precisar otros detalles. La próxima audiencia fue fijada para el 11 de abril y, según los abogados, que se declaran tranquilos y convencidos de que ganarán la causa, probablemente el jefe de Estado esté presente.

Según la hipótesis de los fiscales se habrían verificado varias irregularidades en la compra, a partir de 1994, de derechos cinematográficos y televisivos por parte de Mediaset a algunas sociedades estadounidenses por valor de 470 millones de euros. Irregularidades destinadas a evitar al fisco italiano y a crear un fondo ilegal de dinero para Berlusconi. Junto a él están acusadas otras once personas, entre ellas el presidente de Mediaset, Fedele Confaloniere, y el productor estadounidense Frank Agrama.

El tribunal que enjuicia a Berlusconi por el caso Mediaset está presidido por el juez Edoardo D’Avossa, quien había sido trasladado al sur de Italia, pero a quien el Consejo Superior de la Magistratura –sumo órgano de la Justicia– concedió una prórroga en Milán para que se ocupe del proceso, dado que había sido él quien lo llevó adelante hasta que se suspendió en abril de 2010.

Antes del 31 de marzo los abogados defensores deberán presentar una lista de las personas por interrogar. El tribunal ha pedido reducir la lista de testigos y esto mereció el inmediato comentario de uno de los defensores, Niccolo Ghedini. “Ante una situación de excepcional gravedad como ésta se nos impide hacer una defensa como se debe”, dijo.

Uno de los problemas fundamentales que deberán enfrentar los jueces es la fecha de la prescripción de esta causa. Si no hay prórrogas de ninguna índole, la prescripción es en 2012. Dados los tiempos de la Justicia italiana, es difícil que las tres instancias previstas –condena de primer grado, Corte de Apelación y Corte Suprema– se puedan cumplir en el tiempo que queda.

Aunque no esté presente en la audiencia, Berlusconi volverá a ser noticia el sábado 5 de marzo con la reapertura del proceso Mediatrade por fraude fiscal y el 11 de marzo con el proceso Mills, donde está acusado de haber sobornado al abogado inglés David Mills para que declarara en falso.

El último proceso previsto para estos primeros meses del año comenzará el 6 de abril por prostitución de menores, tal vez el más difícil de todos los que ha debido afrontar hasta ahora el premier y el que más ha perjudicado su imagen pública. Se trata del “caso Ruby”, por la joven de origen marroquí con la que se sospecha que tuvo relaciones sexuales el presidente del consejo de ministros cuando era menor.

Bromeando con la prensa sobre los distintos procesos, uno de los abogados de Berlusconi, Pietro Longo, dijo que solicitarán a los jueces que todas las audiencias contra el premier se realicen los mismos días y en orden sucesivo, como una “cadena de montaje”, así los defensores podrán entrar y salir de las distintas aulas del juzgado sin tener que sacarse la toga.