Sábado, 7 de mayo de 2011 | Hoy
EL MUNDO › OPINIóN
Por Robert Fisk *
El periodismo no es un arte exacto, de manera que a los estadounidenses que son juzgados en Teherán por “espionaje” el miércoles que viene se los llama “excursionistas”, apresados por guardias de frontera iraníes mientras caminaban cerca de la frontera en el Kurdistán iraquí hace casi dos años. Shane Bauer (foto) y su novia Sarah Shourd, junto con el amigo de Shane, Joshua Fattal, estaban de vacaciones, disfrutando la belleza de la gran catarata de Ahmed Awa en Irak, cuando sus vacaciones se convirtieron en uno de esos dramas macabros y aterradores que Irán a menudo presenta a los desprevenidos.
Pero la prensa del mundo de alguna manera perdió de vista el hecho de que Bauer –lejos de ser sólo un “excursionista”– es también un periodista bueno y comprometido, un escritor de informes brillantes de Irak, Etiopía, Siria, aún de la reserva Sioux Oglala Nativa estadounidense, en South Dakota, en Estados Unidos. Entrevistó al líder de Hamas, Khaled Meshaal, y sus largos artículos reflejan la enorme compasión por los pobres y los sufrientes de Irak y por los palestinos sitiados en Gaza.
De manera que, ¿por qué diablos está Irán deteniendo a Bauer y Fattal cuando obviamente simpatizan con aquellos que constantemente apoya la República Islámica de Irán? Hay, por supuesto, asuntos ocultos en Irán, pero muchos de sus funcionarios tienen un agudo sentido de justicia. En un mundo lleno de hombres violentos y criminales de guerra, no pocos de ellos en Occidente, el encarcelamiento de estos dos hombres dentro de los prohibidos confines de la prisión de Evin, sin hablar de su juicio la semana que viene, es una injusticia.
¿Es este un ruego especial? Por supuesto que lo es. Aunque nunca conocí a Bauer, hablé frecuentemente con Shourd, que se comprometió con él en la prisión y más tarde fue –correctamente– liberada por las autoridades iraníes. Ambos hombres aman a Medio Oriente y claramente no tienen nada que ver con espionaje: de haber sido realmente espías hubieran pedido una visa legal a Teherán y no hubieran entrado a través de las montañas de Kurdistán.
De manera que si la embajada iraní en Londres, cuyos diplomáticos son todos estudiantes de la prensa británica, tiene el tiempo y la paciencia (que los tienen) para traducir este artículo y se lo envían al Ministerio de Exterior iraní, tanto mejor. Podrían también enviar una copia al embajador iraní en Beirut, Gadanfar Rokon Abadi, a quien considero un amigo.
Sí, ya sé los argumentos, que el Poder Judicial iraní y el Poder Ejecutivo iraní están separados. El presidente Mahmoud Ahmadinejad de Irán me dijo esto personalmente. Sin embargo, Ahmadinejad no es reacio a dar sus opiniones sobre casos judiciales. Sin su intercesión o la del Líder Supremo, el Ayatolá Ali Khamenei, las madres de estos tres estadounidenses no podrían haber visitado a sus hijos hace un año, ni Shourd hubiera sido liberada bajo fianza para regresar a Estados Unidos en septiembre pasado. De verdad, el mismo mes, Ahmadinejad mismo prometió que le pediría al Poder Judicial iraní que tratara el caso de Bauer y Fattal con el máximo de indulgencia y rapidez, aun cuando a los prisioneros les fuera negado el acceso a los cónsules de la embajada suiza que representa los intereses de Estados Unidos en Irán.
Ambos hombres tienen 28 años. Fattal debería estar de regreso en Estados Unidos en su trabajo como maestro. Bauer debería estar de vuelta en el mundo árabe, escribiendo su prosa valiente sobre la gente oprimida de la región. Shourd estuvo viviendo en Damasco antes de su detención, ayudando a cuidar a los refugiados de la guerra en Irak.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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