Martes, 23 de agosto de 2011 | Hoy
EL MUNDO › ¿DóNDE ESTá KHADAFI? > LOS NEGOCIOS EN LIBIA
Por Elena Llorente
Casi a punto de terminar con su guerra civil, Libia ha despertado nuevamente el apetito petrolero de los países desarrollados que en estas horas se apuran por aparecer solidarios con el pueblo libio y hacer llamados a Muammar Khadafi y a sus seguidores para que abandonen las armas y se entreguen. Le será garantizado un juicio ecuánime, aseguran las autoridades del gobierno provisorio de Benghazi. Pero la afirmación deja un poco perplejos a algunos, sabiendo las ansias de venganza que se anidan en varios delos grupos tribales del país africano.
Con todo, algunos países europeos, en particular Italia y Francia, ya anunciaron encuentros en los con autoridades del gobierno provisorio de Benghazi, algunos de los cuales ya visitaron los dos países en abril pasado. La idea es afinar detalles sobre cómo será la transición a la anunciada democracia y, sobre todo, cómo y con quién se retomará la explotación y el comercio del petróleo de Libia, primer productor de Africa. En una llamada telefónica que mantuvo ayer con el primer ministro de los rebeldes, Mahmoud Jibril, el premier italiano Silvio Berlusconi le reconfirmó el apoyo de su gobierno para la “construcción de una Libia unida y democrática”, dijo una nota difundida por el Consejo de Ministros. “El jefe del gobierno italiano manifestó además su aprecio por la determinación del Consejo Nacional de Transición de evitar todo tipo de venganza y expresó su esperanza de que Libia pueda contar pronto con un gobierno que represente todas las fracciones del país”, dijo el comunicado, añadiendo que Berlusconi y Jibril se encontrarán próximamente en Roma. Horas antes, Il Cavaliere se había dirigido por medio de la televisión a Khadafi, pidiéndole que pusiera fin a su inútil resistencia y que de esta manera ahorrara a su pueblo nuevos sufrimientos.
De cuánto se están apurando los países desarrollados para no perder su influencia y sus negocios con la nueva Libia lo demuestran entre otras cosas las declaraciones del canciller italiano Franco Frattini. Según el ministro, los técnicos del ENI (Ente Nacional de Hidrocarburos) de Italia, principal empresa estatal que se ocupa del petróleo, están trabajando desde hace días con los insurgentes para reactivar las plantas petroleras y de producción de gas. “No revelo ningún secreto si digo que los técnicos del ENI fueron llamados por el gobierno de Benghazi para reactivar las plantas. Ha habido varios encuentros técnicos en las pasadas semanas. Las plantas, en su mayoría han sido construidas por empresas italianas como la Saipem, por lo cual es claro que el grupo Eni tiene un gran futuro en Libia”, dijo el ministro ayer en un programa noticioso de la RAI (Radio y Televisión Italiana). Dirigentes del ENEL, la principal empresa de electricidad italiana, no desestimaron tampoco que se puedan hacer proyectos en el país africano.
Las noticias de Libia tuvieron también su influencia en la marcha de las apaleadas Bolsas de Valores europeas que ayer parecieron haber olvidado las pérdidas millonarias de las últimas semanas. Todas cerraron con ganancias superiores al uno por ciento. Según los expertos, la Bolsa mejoró porque las noticias sobre el triunfo de los rebeldes en Libia hizo bajar el precio del petróleo. De hecho, las acciones ENI ganaron un 6 por ciento. Pero también influyó, dicen, la esperanza de que la caída de Khadafi pueda estimular nuevas bajas en el precio del crudo. El petróleo libio –Libia producía antes de la guerra cerca de 1,8 millón de barriles al día– de todas maneras no entrará en el mercado internacional rápidamente porque es necesario reacondicionar los pozos, las refinerías y los tubos de transporte dañados por la guerra. Se sabe que además del ENI, que desde hace 60 años opera en territorio libio, otras compañías como Tamoil, Exxon, Shell, British Petroleum y Chevron, esperan ansiosas el fin de la guerra.
Una caricatura difundida por Internet pinta perfectamente la actual situación libia: en el primer recuadro se ve a Khadafi encorvado, como vencido, con una bandera blanca y su tradicional atuendo largo echando humo. En el segundo recuadro aparece un insurgente con la nueva bandera libia roja, negra y verde y cara de triunfo. En el tercero, un hombre elegantemente vestido mantiene una bandera dividida en dos, una parte con las rayas y estrellas de Estados Unidos y la otra mitad celeste, con las estrellitas en círculo de la Unión Europea. A sus pies, varias torres de petróleo.
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