Desde Santiago

Con barricadas y enfrentamientos entre estudiantes con el rostro cubierto y Carabineros comenzó ayer el día tras el fin de semana largo que dejó varias novedades en el conflicto estudiantil. En las cercanías de la Universidad de Santiago, un grupo de jóvenes encendió fogatas y detuvo el tránsito a la hora de más congestión vehicular. Lo mismo sucedió en el Liceo Municipal José Victorino Lastarria, en la acomodada comuna de Providencia, donde otra decena de colegiales quemó neumáticos y lanzó piedras a la policía desde el interior del recinto. Ambos hechos reflejan que la postura adoptada por el gobierno en los últimos días mantiene los ánimos encendidos al interior de los planteles y que será complejo recomponer el diálogo entre ambas partes.

En ese escenario, el gobierno de Sebastián Piñera ha insistido en que la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) está en manos de sectores más radicales, lo que ha entrampado las negociaciones.

“Se ha ido produciendo un cierto vuelco, un cierto acomodo interno dentro de la Confech, en el sentido de que para nadie es un misterio que existen algunos sectores que son más intransigentes, más duros, y da la impresión de que ellos han ido ganando un poco de terreno y de conducción al interior del movimiento”, dijo ayer el vocero de gobierno, Andrés Chadwick.

“Aquí no hay ni mano dura ni mano blanda, ni más fuerza ni menos fuerza, hay aplicación de la ley”, agregó el ministro en alusión al cuestionado accionar de la policía en las últimas marchas.

Luego del quiebre de la mesa de diálogo, La Moneda insistirá en trasladar la discusión al Congreso para que sea la instancia parlamentaria la que intente sacar adelante los proyectos educacionales enviados por el Ejecutivo como también la Ley de Presupuesto para el próximo año. Tarea nada fácil.

Ya el vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Francisco Figueroa, sostuvo que si el gobierno quiere retomar el diálogo “debe cambiar esta postura de intransigencia y fanatismo que ha demostrado”. Esto en relación con la negativa de la gratuidad para todos en la educación, el fin al lucro y al proyecto que tipifica como delitos las tomas de colegios y universidades, entre otros.

Además, la Confech ya instó a los diputados y senadores a no aprobar iniciativas que no estén consensuadas con los actores sociales movilizados.

Un primer respaldo vino de la oposición. Los senadores Fulvio Rossi (PS), Alejandro Navarro (MAS) y el presidente de la Comisión de Educación, Jaime Quintana (PPD), adelantaron que votarán en contra de la Ley de Presupuesto si no va acompañada de una reforma tributaria que asegure educación superior gratuita para los estudiantes más pobres.

Atento a ello, Piñera entró al ruedo. “He escuchado a algunos que amenazan con rechazar la Ley de Presupuesto que enviamos al Congreso hace algunos días... espero que en esa discusión primen la altura de miras, el patriotismo, el compromiso y la buena voluntad... me parece una irresponsabilidad y falta de compromiso con los chilenos amenazar con rechazar la ley”, dijo.

En un acto donde inauguró una escuela, Piñera sostuvo además que le gustaría ser recordado como el presidente que “dio un gran salto adelante en mejorar la calidad de la educación, especialmente de la clase media, y el presidente que dio un gran salto adelante en derrotar la pobreza en nuestro país”.

Sin embargo, cerca de cien estudiantes secundarios de Valdivia –ciudad sureña que Piñera visitó ayer– se manifestaron en contra del jefe de Estado rechazando su visita a la zona.

A esa hora, el ministro Chadwick reiteraba que “la Ley de Presupuesto nunca se debe mezclar con una reforma tributaria, porque se produce un problema para éste o para cualquier gobierno”.

Sin embargo, el senador opositor y presidente del Partido Radical, José Antonio Gómez, reiteró que se debe analizar una reforma tributaria, que permita aumentar los recursos para becas en educación.

“Es necesario, para que el proceso sea serio hacia el futuro, que existan recursos permanentes, no que existan recursos en la Ley de Presupuesto. Y para eso creemos necesaria una reforma tributaria”, insistió.

Para el analista electoral Carlos Correa, algunos personeros dentro del oficialismo se oponen a seguir en la mesa de diálogo, pues ello significa seguir validando a los estudiantes en un escenario donde el movimiento sigue contando con las simpatías de los ciudadanos, pero no así la violencia de las marchas.

“Por ello es que La Moneda optó simplemente por no autorizarlas. Así es más visible y notoria la violencia y se reducen los márgenes para que las cámaras se enfoquen en la alegría, los actos culturales y el control de los encapuchados por los propios estudiantes”, sostuvo al diario electrónico El Mostrador.

Por ahora los estudiantes analizan volver a clases en el segundo semestre, presionados por la no entrega de recursos a las universidades y el riesgo de perder becas y beneficios. La Confech llamó a no hacerlo, lo que ha sido ratificado por varios planteles de educación superior.

Además convocaron a una nueva movilización nacional para el martes 18 y el miércoles 19 de octubre.