Miércoles, 12 de octubre de 2011 | Hoy
EL PAíS › LOS TESTIMONIOS DE JULIO LóPEZ Y ADRIANA CALVO
Por Adriana Meyer
Fue la primera vez que un desaparecido declaró en un juicio por delitos de lesa humanidad. En el marco del proceso por los crímenes ocurridos en los centros clandestinos de detención del Circuito Camps fue proyectado ayer el testimonio de Jorge Julio López, de quien no se sabe nada desde hace cinco años. También se difundió el testimonio de Adriana Calvo, al igual que López, sobreviviente de la dictadura, y cofundadora de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos que falleció en diciembre del año pasado. “A (Ramón) Camps y sus hombres les decían cucarachas porque sólo salían de noche”, dijo López en el video y los presentes aplaudieron.
La exhibición de los testimonios había sido pedida al Tribunal Oral Federal 1 de La Plata por la querella de Justicia Ya! “para que no fuera la mera formalidad de un papel que se mete en un expediente, sino como homenaje a ellos y para que los represores sepan que, más allá de sus estrategias, los testigos seguirán testimoniando a pesar de todo”. Guadalupe Godoy, abogada de ese colectivo, recordó que en aquella declaración de junio de 2006 López estaba enojado porque el represor Miguel Etchecolatz no estaba en la sala. “Ayer sí lo escuchó”, apuntó, dado que el ex jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense es uno de los 26 genocidas acusados. La proyección fue en una pantalla pequeña pero muy nítida y doble, que se veía desde cualquier ángulo. Por momentos pareció que el juez Carlos Rozanski, presidente del mismo tribunal, estaba haciendo las preguntas en vivo.
López había conmovido con su relato de las torturas que el propio Etchecolatz le aplicó y del asesinato de Patricia Dell’Orto y Ambrosio de Marco. El albañil recordó que la mujer pedía que no la mataran porque quería criar a su hijita, Mariana, y cumplió con la promesa que le había hecho en el campo de concentración de dar testimonio del amor que sentía por su hija. “Fue el mismo compromiso que lo llevó a acusar a Etchecolatz, y por el cual fue acallado el 18 de septiembre de 2006, cuando volvieron a desaparecerlo”, recordaron ayer sus compañeros, que insistieron en responsabilizar a los poderes del Estado por “perpetuar la impunidad de su desaparición forzada”. Otro tramo aplaudido por los presentes fue cuando López había afirmado que “ayudaba y colaboraba con los Montoneros”, y reivindicó “a esos chicos, no a sus dirigentes”.
Adriana Calvo había declarado en el juicio contra el ex capellán genocida Christian Von Wernich, explicó la lógica represiva en la provincia de Buenos Aires, y había pedido “que se condene a cada uno de los represores por los delitos cometidos contra todos los compañeros”, para lo cual reclamó “que se unificaran las causas para no desdibujar la magnitud del genocidio”. En la sede de la ex AMIA hubo cola para acreditarse y las 400 personas que presenciaron las declaraciones de López y Calvo –entre ellas las Madres Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, miembros de la Comisión Provincial por la Memoria y de la CTA local, además de las hijas de Calvo, Martina y Teresa, y Carlos “Calica” Ferrer, amigo del Che Guevara– salieron emocionadas de la audiencia.
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