Hugo Chávez, Fernando Lugo, Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva, son los mandatarios latinoamericanos que enfrentaron –o comienzan a hacerlo– una enfermedad que en la fortaleza anímica y el diagnóstico precoz encuentra sus principales armas de resistencia. Por haber sido detectado a tiempo, los médicos creen que el tumor de dos o tres centímetros que afecta al ex presidente de Brasil, encapsulado y ubicado en su laringe, será neutralizado con la aplicación de quimioterapia ambulatoria. En principio se espera que las sesiones se prolonguen durante tres meses. Ayer se supo que Lula había pedido a los médicos del Hospital Sirio Libanés de San Pablo, donde le detectaron la dolencia, que la noticia fuese transmitida de inmediato y con la mayor claridad posible a los medios. “Estamos siendo supertransparentes a pedido del propio ex presidente Lula, y el pronóstico de este tipo de cáncer es muy bueno”, declaró el oncólogo Paulo Hoff, miembro del equipo que atiende al ex mandatario. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) suspendió todos los viajes al exterior que tenía programados.

“Decidimos no someterlo a una cirugía; no sería una buena opción, porque habría riesgo de que quedara comprometida o perdiera la voz”, declaró el oncólogo Artur Katz, compañero de Hoff en el Hospital Sirio Libanés. “Las chances de cura son muy grandes”, aseguró Katz en diálogo con el semanario Epoca. “Está muy tranquilo, sabe perfectamente lo que pasa, lo que viene, lo que le fue diagnosticado y el tratamiento al que deberá ser sometido”, dijo Roberto Kalil Filho, otro de los miembros del equipo de especialistas. Rodeado por su familia, Lula descansó ayer en su departamento de Sao Bernardo do Campo, donde siguió de cerca el desarrollo del choque entre su amado Corinthians y Avaí. Antes de que llegaran los goles de Emerson y Liedson que le dieron la victoria al Timao, miles de hinchas unieron sus voces para brindarle un cálido homenaje al histórico líder del PT.

Junto al inicio del tratamiento, se espera que el ex presidente reciba la visita de Dilma Rousseff, quien sí conversó con Marisa, esposa de Lula. En un comunicado difundido ayer, la presidenta expresó su confianza en la recuperación de su antecesor. Fernando Lugo y Rafael Correa, presidentes de Paraguay y Ecuador, respectivamente, se sumaron a los saludos, al igual que los mensajes de apoyo enviados por Hugo Chávez y Daniel Ortega.

El líder bolivariano se solidarizó con Lula y aseguró que la fortaleza espiritual del brasileño lo ayudará a superar esa enfermedad. “Establecí contacto con nuestros amigos del Brasil para transmitir al compañero Lula, a sus familiares y al pueblo brasileño toda nuestra solidaridad y acompañamiento en este momento de dificultades”, señaló Chávez.

Mientras tanto, en un comunicado difundido por la agencia estatal AVN, el presidente venezolano confió que había rezado “para que el compañero Lula enfrente esta circunstancia en que la vida lo ha colocado. En nombre de todo el pueblo venezolano, y desde la experiencia que he vivido al haber enfrentado una situación similar, quiero expresar, desde la hermandad que nos une con el compañero Lula, mi hondo deseo de que el tratamiento al cual se someterá en las próximas semanas permita su pronta recuperación, para seguir contando por muchos años con la luz de su pensamiento y su liderazgo”, subrayó.

Asimismo adelantó que estará “atento al desarrollo de todo su proceso”, del mismo modo que Lula estuvo junto a él en el proceso de superación de su propio cáncer, detectado en junio en Cuba. El comunicado concluye con una exhortación a “ir junto a Lula en esta nueva batalla que unidos sabremos vencer, haciendo válida, una vez más, nuestra consigna: Lula, hermano, ¡viviremos y venceremos!”.