Hay una nueva realidad inocultable en Estados Unidos y esta semana el presidente Barack Obama la enfrentó cara a cara. El movimimiento antifinanciero norteamericano A Ocupar dio otra demostración de fuerza, esta vez en el estado de Nuevo Hampshire, donde el mandatario había llegado para brindar una conferencia sobre su promocionado plan de creación de empleos. En Canadá, donde el movimiento se expandió hace meses, ayer comenzaron a producirse los primeros desalojos en Toronto, y la policía advirtió sobre el uso de la fuerza si los indignados se negaban a irse.

La plataforma A Ocupar Nuevo Hampshire se mezcló entre la audiencia en un gimnasio de una escuela en la ciudad de Manchester y comenzó a hacer un “mic check” (prueba de micrófono es la traducción literal, pero se refiere a interrumpir discursos). “Como en Wall Street no nos permiten utilizar megáfonos para lanzar consignas comenzamos a usar esta táctica. Mientras Obama hablaba dijimos las dos primeras líneas de lo que teníamos planeado y fuimos tapados por los estudiantes y los partidarios demócratas que se encontraban allí”, dijo a Página/12 Wyatt Thurston, miembro de A Ocupar Nuevo Hampshire. Obama observaba impasible mientras los integrantes de la plataforma protestaban por los 4000 arrestos y la brutalidad policial durante los desalojos recientes en el Parque Zuccotti de Nueva York y en la ciudad californiana de Davis, donde un policía arrojó gas pimienta alevosamente en la cara de los indignados. “Vine a hablar sobre una variedad de temas. Estoy dispuesto a escuchar lo que tienen para decir. Pero primero les pido que me escuchen a mí, para poder después escucharlos a ustedes”, ensayó con una sonrisa el presidente ante las demandas imprevistas que le arrojaron en la cara. Sin embargo, después de concluido el discurso sobre creación de empleos, el presidente no volvió a tocar el tema. “Nos quedamos entre la multitud hasta que terminó el discurso y luego de eso, mientras hablábamos con la prensa, uno de nuestros miembros le entregó una nota al presidente”, explica Thurston. “Cerca de 4000 manifestantes pacíficos fueron arrestados, mientras los banqueros continúan destruyendo la economía. Su silencio envía un mensaje de que la brutalidad policial es aceptable. Los bancos fueron salvados. Nosotros, vendidos”, decía el papel con la serie de reivindicaciones que los integrantes de la plataforma intentaban expresar.

Mientras el movimiento A Ocupar se expande a todos los estados norteamericanos, los grandes medios de comunicación de ese país se ven obligados a cubrir las protestas cada vez más. “La semana pasada tuvimos la mayor cantidad de cobertura por los de-salojos policiales que se produjeron. A grandes rasgos los medios muestran comportamientos mixtos con respecto a las protestas, algunas voces son positivas”, dice Thurston. Las próximas acciones de la plataforma incluirán más “mic checks” a otros políticos y también en las primarias republicanas que se celebrarán en enero.

Si bien hasta ayer no se repitieron escenas de violencia, en Canadá la policía de Toronto advirtió que finalmente desalojaría por la fuerza a los indignados que no hayan abandonado las carpas instaladas en el parque St. James antes de la noche. La policía y empleados municipales empezaron a desmontar ayer las carpas luego de que los tribunales ordenaran el lunes su de-salojo, pero un grupo de manifestantes se negó a abandonar el lugar.

La policía informó que una mujer fue detenida mientras mantenía acordonada el área del parque donde todavía hay indignados acampados, los cuales cuentan con el apoyo de más de un centenar de sindicalistas que se han congregado en el parque. Uno de los acampantes dijo en una conversación telefónica con la emisora de radio CBC que los manifestantes se encadenaron para evitar el desalojo.

El inicio del desalojo de la protesta de indignados en Toronto se produjo pocas horas después de que la policía de Ottawa desalojase en la madrugada del miércoles y en medio de la primera nevada de la temporada a un par de docenas de personas del campamento que mantenían en un parque de la capital canadiense. En los últimos dos días, los indignados fueron desalojados de campamentos en Vancouver, Quebec, Victoria y Calgary.

Informe: Juan Nicenboim.