Lunes, 28 de noviembre de 2011 | Hoy
EL MUNDO › SE IMPUSO EN LAS ELECCIONES GENERALES EN MARRUECOS
El líder del partido dijo: “No vamos a entrar en polémicas de quién toma alcohol o cómo deciden vestirse las mujeres; el partido no piensa atentar contra las libertades individuales”.
El Partido Justicia y Desarrollo (PJD) logró una contundente victoria en las elecciones generales de Marruecos. Los islamistas moderados se alzaron con 107 de los 395 escaños de la Cámara de Representantes y se disponen a conformar el nuevo gobierno. Según datos definitivos, comunicados 48 horas después de que cerraran los colegios electorales el viernes, el PJD se posiciona por delante del Partido Nacionalista Istiqlal, que obtuvo 60 escaños, y la Reunión Nacional de Independientes (RNI), que alcanzó 52 escaños; fuerzas que encabezaban, respectivamente, un bloque nacionalista y uno liberal. Una caravana recorrió ayer las calles de Rabat. La fila india de coches partió desde la sede del PJD con jóvenes que agitaban las banderas del partido. Varios grupos de chicas, con el velo cubriendo sus cabezas, lanzaron “yuyus” de celebración, en señal de victoria, saludando al partido creado en 1996.
Prácticamente en simultáneo con la difusión de los resultados, Abdelilah Benkirán, secretario general del PJD, ofreció una conferencia de prensa en la que no ocultó su satisfacción sobre los resultados obtenidos. Al mismo tiempo se mostró cauto sobre el futuro inmediato. Aunque muchos lo consideran demasiado impetuoso para ocupar el cargo de jefe de gobierno, Benkirán, sin embargo, evitó reclamar para sí ese puesto, y consideró que es una decisión del rey postularse sobre esa función. La Constitución marroquí señala que es el rey quien debe nombrar al jefe de gobierno entre las filas del partido más votado.
El líder islamista tampoco reclamó la mayoría de las carteras para su partido, pues dijo que prefiere que primen “la competencia y la integridad” entre los partidos. No obstante, adelantó que tiene pensado exigir para el PJD determinados ministerios, que no precisó, y se mostró partidario de reducir el número de 33 carteras en el actual gobierno. Si bien existiría cierta preocupación sobre la posibilidad de que el partido ganador avance en una futura legislación sobre las costumbres marroquíes, Benkirán se adelantó y dijo: “No vamos a entrar en polémicas de quién toma alcohol o cómo deciden vestirse las mujeres; el partido no piensa atentar contra las libertades individuales”.
Más allá de la contundente victoria, el PJD necesitará apoyos de otros sectores. Es que los 107 escaños ubican a los islamistas moderados lejos de las 198 bancas necesarias para alzarse con la mayoría absoluta. En este sentido, Benkirán dejó clara su disposición a negociar, particularmente con los partidos de la Kutla, bloque de tres partidos nacionalistas liderado por el Istiqlal, que en total suma 117 bancas. En la Cámara de Representantes estarán representados 18 partidos distintos, seis de ellos con más de 20 escaños. Tres bloques se perfilan claramente: el islamista, el nacionalista y el liberal, que se presentó en estas elecciones como modernista pero que fue visto como un producto de palacio.
En los resultados comunicados ayer no hubo información disponible sobre la cantidad de votos obtenidos por cada formación, sino sólo sobre la cantidad de escaños. Se espera que el PJD se acerque al tercio de los votos, pues el sistema de reparto de bancas perjudica a las zonas urbanas, donde este partido es más popular. Tampoco hubo información sobre los votos en blanco y nulos, que fueron muy significativos en las últimas elecciones de 2007, y que pueden arrojar un serio descrédito sobre todo el proceso electoral, ya que este dato se añade a la alta abstención. Un 45 por ciento de los votantes habilitados para votar participaron en los comicios. Si se toma en cuenta los más de ocho millones de personas mayores de edad que ni siquiera se inscribieron, la tasa real de participación alcanza al 28 por ciento del total de población en edad de votar.
Precisamente, aquellos marroquíes que le dieron la espalda a las elecciones se manifestaron ayer en Rabat y en decenas de ciudades, convocados por el Movimiento 20 de Febrero y la organización islamista Justicia y Caridad. Durante las protestas declararon su abierta oposición a los comicios y llamaron a boicotear los resultados. Los manifestantes lanzaron consignas denunciando que las elecciones fueron falsas y fabricadas por el Majzen –entramado político en torno del palacio–. De este modo, expresaron que no piensan bajar los brazos tras la llegada al gobierno de un partido distinto a los tradicionales, ya que consideran que el centro de poder no ha cambiado.
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