Domingo, 1 de abril de 2012 | Hoy
EL MUNDO › LA CUMBRE DE ESTAMBUL DEBATE SANCIONES EN CONTRA DE AL ASSAD
La segunda cumbre del llamado grupo de los “Amigos de Siria”, compuesto por unos 70 países, arranca hoy en Estambul. Sin la presencia de Rusia, China e Irán en la reunión, se debatirán sanciones y posibles medidas adicionales.
Estambul acogerá hoy la segunda cumbre del llamado grupo de los “Amigos de Siria”, compuesto por unos 70 países, que busca impulsar una solución para este crucial país árabe, aunque las expectativas de éxito se han reducido en los últimos días.
Según el diario turco Zaman, unos 40 ministros de Asuntos Exteriores acudirán a la cita, mientras que el resto de las naciones enviarán delegaciones de menor rango, entre ellos España, que estará representada por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito.
Este encuentro es el segundo de esta naturaleza, tras la cumbre celebrada el 24 de febrero pasado en Túnez, que ya concluyó en fracaso.
Su finalidad es “poner fin a la violencia en Siria, conseguir la retirada de todas las fuerzas armadas y militares sirias de las ciudades y los pueblos, superar la crisis humanitaria y establecer un acceso humanitario a las personas con necesidades”, señala un comunicado del Ministerio turco de Asuntos Exteriores. En ese sentido, se debatirán sanciones contra Siria y se considerarán posibles medidas adicionales, añade la nota, accesible en la web del ministerio. A la reunión está previsto que asista la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien este sábado se reúne en Riad con el rey de Arabia Saudita, Abdulá bin Abdulaziz.
Entre las ausencias más importantes, se destaca la del ex secretario general de Naciones Unidas y ahora enviado especial de esta organización y de la Liga Arabe para Siria, Kofi Annan.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, llamó anteanoche al diplomático ghanés para convencerlo de que viajara, pero Annan se excusó, alegando que debe presentar el mismo día un informe sobre Siria en la sede de Naciones Unidas. También faltará la alta representante de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, quien ha renunciado a desplazarse a Estambul por “problemas de agenda”. Su ausencia estaría relacionada con la negativa de Ankara de invitar a Chipre, país miembro de la UE, pero sin relaciones con Turquía. Tampoco participarán otros dos países clave para resolver el conflicto sirio, Rusia y China, mientras que Irán, uno de los mayores aliados del régimen sirio, no ha sido invitado.
La ecléctica oposición siria tampoco ha podido superar sus graves diferencias internas. El Consejo Nacional Sirio (CNS), plataforma que aspira a representar la oposición al régimen de Bashar al Asad, celebró la semana pasada en Estambul un congreso que ahondó aún más esas fracturas.
Dos figuras clave, Haitham Maleh y Kamal Labwani, anunciaron que abandonan el CNS para fundar un movimiento propio, al igual que hizo en febrero uno de los fundadores del organismo, Ammar Qurabi, quien denunció el predominio de los Hermanos Musulmanes en el CNS y la poca participación que permite su presidente, Burhan Ghaliun.
También varios movimientos kurdos sirios salieron del Consejo, al no ver respaldadas sus propuestas de mayor autonomía para las zonas kurdas. Además, el gobierno turco ha mostrado cierta ambigüedad respecto de las propuestas que llevará a la mesa.
El ministro de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, defendió que “no hay soluciones realistas que impliquen la permanencia de Asad en el poder”.
Por su parte, Erdogan destacó, tras regresar de una visita oficial a Teherán, que existe un consenso contra una intervención extranjera.
“No puede haber un segundo síndrome de Libia”, insistió el primer ministro, al abogar por elecciones libres y transparentes en un espacio de seis meses, con observadores de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). No obstante, juzgó como posible que Irán convenza a Al Asad de poner fin al conflicto, mientras que Turquía se encargaría de hablar con la oposición.
Mientras tanto, el gobierno de Siria insistió ayer en que sólo retirará sus tropas de las zonas urbanas cuando se restablezca la normalidad y terminen los enfrentamientos, mientras que los rebeldes piden para el alto el fuego que se retiren las tropas de las zonas más conflictivas. “El Ejército sólo se retirará cuando prevalezcan la paz y la seguridad”, reveló el portavoz del ministerio de Exteriores, Jihad Makdisi: “El gobierno asegura que la presencia del Ejército en las ciudades sirias obedece a motivos defensivos y a la protección de los civiles”, indicó el portavoz.
Por su parte, el autodenominado Ejército Libre Sirio ofreció un alto el fuego si Siria retira sus vehículos de combate, unidades de artillería y armas pesadas de las zonas con presencia de la oposición.
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