El gobierno francés acordó en su Consejo de Ministros que el salario máximo de los dirigentes de las empresas públicas se limitará a veinte sueldos correspondientes a la remuneración más baja. Según precisó ayer el diario Le Figaro, ese techo no se calculará empresa por empresa, sino haciendo la media entre las quince compañías en las que el Estado es accionista mayoritario. De ningún modo los haberes de los funcionarios podrán exceder los 450.000 euros anuales. En aquellas empresas donde la participación estatal sea minoritaria, serán los representantes gubernamentales los encargados de proponer ese mismo límite cuando la cuestión de las remuneraciones sea tratada en los consejos de administración. Cuando se retiraba del Palacio del Elíseo, el ministro de Economía, Pierre Moscovici, detalló que hacia fines de julio se elaborará un decreto sobre esa disposición, que establece que en aquellas compañías donde el Estado sea un accionista mayoritario, se lleve adelante la consigna determinada por el gobierno. El tope máximo, según el titular de la cartera de Economía, es una cantidad suficiente como para no resultar disuasoria a la hora de atraer a los directivos a los entes públicos, pero, al mismo tiempo, impone en el seno de esos centros cierto sentido común.

Asimismo, Moscovici hizo hincapié en la necesidad de que los dirigentes de las empresas públicas que están al servicio de la sociedad sean los primeros en dar el ejemplo. Y adelantó que tras esta primera medida sobre los salarios llegarán otras adicionales sobre las stock options o primas. A fines de mayo, el gobierno galo ya había expresado su oposición a los salarios excesivos de los directivos al advertir que no iba a aprobar la indemnización de 400.000 euros que debe entregarse al ex director general de Air France-KLM Pierre-Henri Gourgeon, por considerarla excesiva. El Ministerio de Economía señaló entonces en un comunicado que esperaba un comportamiento ejemplar, en materia de remuneración, de los dirigentes y agregó que próximamente se iban a definir nuevas reglas conformes a los compromisos tomados por el jefe del Estado, François Hollande.

Por otra parte, el presidente francés lanzó ayer una advertencia a los griegos sobre una eventual salida de la Eurozona en caso de que no respeten sus compromisos. Durante una entrevista difundida por el canal griego Mega Channel, Hollande dijo: “Soy consciente de que los electores (griegos) deben tener plena soberanía, pero debo advertirles que si dan la impresión de que quieren distanciarse de los compromisos que han tomado y abandonar toda perspectiva de recuperación, habrá en consecuencia países de la Eurozona que preferirán terminar con la presencia de Grecia allí”. El texto de la entrevista fue transmitido a las agencias de prensa por la presidencia francesa. “Respeto al pueblo griego. Ellos decidirán lo que quieran en las elecciones del 17 de junio. Estoy a favor de que Grecia permanezca en la Eurozona, pero los griegos deben saber que ello supone que haya una relación de confianza”, dijo Hollande.

De cara a las próximas elecciones en Francia, el Partido Socialista (PS), que junto a sus aliados se apresta a obtener una mayoría parlamentaria el próximo domingo, denunció que el conservador partido Unión por una Mayoría Popular (UMP) planea una alianza electoral con la extrema derecha, que podría regresar a la Cámara baja después de 24 años. De las 577 bancas que componen la Asamblea Nacional (Diputados), el domingo se definirán las 541 restantes, dado que 36 candidatos superaron el 50 por ciento de los votos en la primera vuelta.

El Frente Nacional (FN), de extrema derecha, busca representación en ese espacio con 59 candidatos que se presentarán a la segunda vuelta; en 34 de esos casos, sus postulantes enfrentarán una elección triangular con candidatos conservadores de la UMP y de la izquierda, mayoritariamente del PS. Una encuesta de Ipsos, publicada por el diario Libération, pronosticó que el PS obtendrá por sí solo la mayoría absoluta (supera las 289 bancas) y que la izquierda en su conjunto podría alcanzar entre 305 y 330 escaños. El sondeo afirmó que la UMP lograría entre 225 y 280 bancas, el FN cerca de cinco y el partido centrista MoDem cerca de tres.

Pese a que la extrema derecha no tendría fuerza dentro de la Cámara baja, su intención de voto marca la confirmación del ascenso del partido de Marine Le Pen, un escenario que tensa aún más las relaciones entre los socialistas y la UMP. El lunes, la UMP anunció que no haría alianzas para la segunda vuelta ni con el FN ni con el frente republicano, según manifestó Jean-François Copé, máximo responsable de la coalición conservadora.