Martes, 24 de julio de 2012 | Hoy
EL MUNDO › SOSPECHOSOS EN EL CASO VATILEAKS
Por Michael Day *
Desde Milán
Tres figuras del Vaticano, incluyendo dos importantes miembros del clero, fueron nombrados como espías sospechosos en el escándalo que sacudió la Santa Sede en una serie de filtraciones. La nueva intriga surge justo días después de que el mayordomo del papa Benedicto, Paolo Gabriele, de 46 años, fuera liberado de prisión y puesto en arresto domiciliario por su participación en el affaire. Los nuevos sospechosos son el cardenal Paolo Sardi (foto), un ex escritor papal de discursos; el obispo José Clemens, el ex asistente personal del Papa, y el ama de llaves alemana del Papa, Ingrid Stampa. Se dice que esta última está entre las pocas personas en la Santa Sede capaz de descifrar la caligrafía del Pontífice, según el diario La Repubblica.
Gabriele ha sido culpado por los investigadores del Vaticano por pasar documentos confidenciales, que llevaron a la amplia publicación de los informes que afirman la existencia de nepotismo, amenazas de muertes, campañas de calumnias de homosexualidad e irregularidades impositivas en la Santa Sede. Uno de los documentos filtrados sugería que el nuevo embajador del papa Benedicto en Washington fue exiliado a Estados Unidos porque había avisado sobre la corrupción financiera.
El Vaticano admite que casi treinta personas fueron interrogadas hasta ahora. Pero insiste en que Gabriele es la única oficialmente sospechada. Nadie estaba disponible ayer en el Vaticano para comentar sobre las nuevas afirmaciones. Pero hablando en Radio Vaticano, el jefe de los voceros, padre Federico Lombardi, negó que hubiera más sospechosos. Dijo que las afirmaciones en La Repubblica estaban copiadas de anteriores especulaciones en la prensa alemana. La mayoría de los expertos dudan, sin embargo, de que el mayordomo del Papa actuara solo identificando documentos confidenciales (algunos en alemán), robándolos y entregándolos a periodistas italianos. “Nadie acá cree la versión oficial del Vaticano”, dijo Robert Mickens, el corresponsal romano del diario católico The Tablet. “Claramente, puede haber estado trabajando para una o más personas de más alta jerarquía y eso significa obispos y altas figuras de la Iglesia”, agregó.
La mayoría de los observadores del Vaticano sugieren que las filtraciones son parte de una campaña contra el Pontífice y su igualmente impopular segundo, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone. Durante el fin de semana, Gabriele fue liberado de la prisión del Vaticano donde pasó sesenta días detenido y puesto bajo arresto domiciliario. Su padre insistió en la inocencia de su hijo. Pero el abogado papal del mayordomo afirmó en una conferencia de prensa en el Vaticano que su cliente actuó por su propia iniciativa cuando tomó los documentos y los escondió en su departamento en el Vaticano.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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