Miércoles, 2 de enero de 2013 | Hoy
EL MUNDO › OPINIóN
Por Robert Fisk *
Nunca hagan predicciones sobre Medio Oriente. Mi bola de cristal se rompió hace mucho tiempo. Pero hacer predicciones sobre la región da un pedigree honorable. “Un movimiento árabe reciente, está apareciendo a la distancia”, escribió en 1883 un viajero francés que se dirigía al Golfo y a Bagdad. “y una carrera que comienza pronto reclamará su lugar debido en los destinos del Islam”. Un año antes, un diplomático británico en Jeddah dijo, “tengo el conocimiento de que la idea de libertado agita actualmente algunas mentes aún en la Mecca...”
Así que digamos esto para 2013: el “Despertar árabe” continuará, la demanda de dignidad y libertad –no nos enrosquemos aquí con “democracia”– seguirá devastando la pseudoestabilidad de Medio Oriente, causando tanto temor en Washington como lo hace en los palacios del Golfo Arabe.
En la escala épica de la historia, eso es cierto. En el centro incendiario de este descontento estarán los pedidos de un Estado palestino que no existe y que puede no existir nunca y las acciones de un estado israelí que –a través de la continua construcción de colonias para judíos y judíos solamente en tierra árabe– asegura que “Palestina” permanecerá sólo como un sueño árabe. Si el 2012 es algún indicio, los palestinos mismos se enfrentan el año que viene con el conocimiento de que: 1) ni los estadounidenses ni los europeos tienen las agallas para ayudarlos, porque 2) Israel seguirá actuando con impunidad y 3) ni los Obama ni los Cameron ni los Hollande tienen el menor interés en hacerse cargo del lobby Likudista, que comenzará a gritar “antisemitismo” en el momento mismo en que se haga la mínima crítica contra Israel.
Hay que añadir el hecho de que Mahmud Abbas y su régimen totalmente desacreditado en Ramalá seguirá haciendo concesiones a los israelíes –si no me creen, lean “Los Papeles Palestinos” de Clayton Swisher– aun cuando no hay más concesiones para hacer. Hamas y Khaled Meshaal le seguirán negando a Israel el derecho a existir –permitiendo con esto que Israel falsamente afirme que no “tiene nadie con quién hablar”– hasta la nueva guerra y el subsecuente pedido cobarde del Occidente que “instará a ambos lados a contenerse”, como si los palestinos poseyeran los tanques Merkava, F-18 y aviones no tripulados. ¿Una tercera Intifada? Quizá. ¿Un acercamiento a la Corte Internacional para condenar a Israel por crímenes de guerra en construir colonias judías en la tierra de otros? Quizás. Pero ¿y qué? Los palestinos ganaron un caso de la Corte Internacional que condenaba la construcción del muro apartheid/seguridad –y no sucedió absolutamente nada.
Ese es el destino de los palestinos. Les dicen la gente como Tom Friedman que abandonen la violencia y adopten las tácticas de Gandhi: y cuando lo hacen, igualmente pierden y Friedman permanece en silencio. Era, después de todo, Gandhi quien dijo que la civilización occidental “sería una buena idea”. Así que malas noticias para Palestina en 2013.
¿Irán? Bueno, los iraníes entienden Occidente mucho mejor de lo que nosotros entendemos a los iraníes –muchos de ellos, recuerden, fueron educados en Estados Unidos–. Y tienen una forma intrigante de salir por encima, hagan lo que hagan. George Bush (y Lord Blair de Kut al Amara) invadieron Afganistán y liberaron a los iraníes chiítas de su enemigo sunnita, al que siempre llamaron el “Talibán negro”. Luego Bush-Blair invadieron Irak y se liberaron del más detestable enemigo de la República Islámica, Saddam Hussein. Así Irán ganó ambas guerras, la afgana y la iraquí, sin disparar un solo tiro.
No cabe duda de que Irán dispararía uno o dos tiros si Israel/Estados Unidos –los dos son intercambiables en Irán así como en muchos otros países de Medio Oriente– fueran a atacar sus complejos nucleares. Pero Israel no tiene estómago para una guerra abierta contra Irán –la perdería– y Estados Unidos, habiendo perdido dos guerras en Medio Oriente, no tiene gran entusiasmo en perder una tercera. Las sanciones –y aquí está el verdadero némesis potencial de Irán– están causando mucha más miseria que los F-18 de Israel. ¿Y por qué está Estados Unidos amenazando a Irán en primer lugar? Hemos escuchado que cabezas nucleares pueden “caer en las manos equivocadas”, como el gas que podría “caer en las manos equivocadas” en Siria; o en Gaza, para el caso, donde la democracia “cayó en las manos equivocadas” cuando Hamas ganó las elecciones en 2006.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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