El pacto fiscal europeo –destinado a incrementar la disciplina fiscal de los países de la Zona Euro y que incluye “la regla de oro” presupuestaria que limita el déficit estructural– entró ayer en vigencia en todo el territorio de la Unión Europea (UE). El rechazo de la medida por parte del Reino Unido y la República Checa llevó al resto de los Estados miembros a firmar a través del procedimiento de “cooperación reforzada” que exige que un mínimo de 12 países firmen el acuerdo para su entrada en vigencia. El pacto vincula a partir del 1º de marzo de 2013 la concesión de rescates a países a su ratificación del pacto fiscal. Los Estados miembros establecerán un mecanismo automático de corrección de los desvíos de los objetivos del déficit. Los gobiernos con deuda inferior a 60 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) podrán alcanzar un déficit estructural de hasta 1,0 por ciento del PIB, mientras que los que la superen deberán reducirla en una veinteava parte al año.