La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, fue dada de alta ayer del Hospital Presbiteriano de Nueva York, donde fue tratada por un coágulo durante cuatro días. Clinton, de 65 años, dejó el hospital acompañada por su esposo, el ex presidente Bill Clinton, y su hija Chelsea. Los efectos de un virus intestinal le originaron una deshidratación. Fue entonces cuando se desmayó y sufrió una contusión, que se piensa fue la causante del coágulo. Le fueron suministrados anticoagulantes para disolver ese coágulo y los médicos pronostican un “restablecimiento completo”. La jefa de la diplomacia estadounidense ingresó en el hospital el domingo, después de que un escáner rutinario revelara la presencia de un coágulo en una vena detrás de la oreja derecha. Los doctores Lisa Bardack, del Mount Kisco Medical Group, y Gigi El-Bayoumi, de la Universidad George Washington, aseguraron en su comunicado que Clinton no había sufrido un derrame cerebral ni ningún daño neurológico. “En todos los demás aspectos de su recuperación, la secretaria está realizando excelentes progresos y se recuperará completamente. Está animada y en comunicación con sus doctores, su familia y su equipo”, aseguraron.