Martes, 23 de abril de 2013 | Hoy
EL MUNDO › DURO DISCURSO EN LA JURA DEL PRESIDENTE ITALIANO
El reelecto presidente de Italia, Giorgio Napolitano, juró ayer su cargo y pidió la colaboración de los partidos para la dura tarea de tratar de hallar un candidato que pueda formar gobierno.
En un enérgico discurso de investidura en la Cámara de Diputados, el primer presidente reelecto en la historia de la república prometió su imparcialidad ante la difícil tarea de reconstruir la confianza en una clase política hecha trizas, incapaz de ponerse de acuerdo para sacar de la crisis a la tercera economía de la Zona Euro. Lamentó que se hayan registrado demasiadas omisiones, daños e irresponsabilidades que han impedido dar soluciones satisfactorias a la necesidad de renovación y de reformas institucionales del país, y llamó a poner fin a conveniencias, tácticas e instrumentalizaciones.
En medio de una crisis que aún hace estragos en el Viejo Continente, Napolitano, de 87 años y elegido el pasado sábado, pidió a las fuerzas parlamentarias hacer progresar a una Europa unida, contribuyendo a definir y respetar las exigencias de sostenibilidad financiera y estabilidad monetaria. También les pidió aprobar el resto de las reformas pendientes, entre ellas la de la ley electoral, a cuyas peculiaridades se atribuyen muchos de los recurrentes problemas políticos que enfrenta Italia desde hace décadas.
“Era necesario ofrecer al país y al mundo una señal de cohesión nacional, de vitalidad institucional y de voluntad de dar una respuesta a nuestros problemas, y encontrar una renovada confianza en nosotros mismos y hacia nosotros a nivel internacional”, indicó Napolitano.
Hasta que Napolitano aceptó seguir en el cargo, la escena política cambió mucho en estos últimos días: resultó en la implosión de la centroizquierda (Partido Demócrata), cuyo líder, Pier Luigi Bersani, renunció. También reforzó la posición del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que fue la sensación de los comicios de febrero pasado haciendo campaña contra la clase política, que quedó aun más desprestigiada luego de que los partidos no pudieran formar una coalición de gobierno.
Ahora, Napolitano no sólo tiene la atribución de convocar elecciones anticipadas, algo que no quiere la mayoría de los partidos, sino que además se estima que obtuvo un fuerte compromiso de colaboración de las fuerzas políticas a cambio de revertir su conocido deseo de no presentarse a una reelección.
Sin embargo, pasados 56 días de las elecciones, Italia todavía no tiene gobierno y ningún partido o coalición tiene los votos suficientes para hacerlo con sus propias fuerzas, destacó, y pidió a los diputados no tener miedo a converger y no actuar más como representantes de una facción.
Ahora se espera que el mandatario mantenga este miércoles una primera ronda de consultas con líderes partidarios y que después encargue formar gobierno a algún potencial primer ministro. Pese a que son muchos los interrogantes que siguen abiertos, en las últimas horas se ha barajado el nombre del socialista Giuliano Amato para asumir el cargo de primer ministro, que ya ocupó en dos ocasiones durante unos meses entre 1992 y 1993, así como entre 2000 y 2001, aunque no se descarta la posibilidad de un Ejecutivo encabezado por Enrico Letta, miembro del Partido Demócrata (PD).
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