La secretaria general del Partido Popular (PP) español, María Dolores de Cospedal, atribuyó ayer al presidente del gobierno Mariano Rajoy la responsabilidad sobre el ex tesorero Luis Bárcenas. La dirigente compareció en calidad de testigo ante el juez Pablo Ruz, quien investiga la contabilidad B (o paralela) del PP publicada el 31 de enero pasado por el diario El País, de la que se desprende una presunta financiación ilegal y el pago de sobresueldos a la cúpula partidaria, incluido Rajoy. La número dos del PP compareció un día después que sus antecesores en el cargo, Francisco Alvarez Cascos y Javier Arenas, responsables del partido en los años ’90 y hasta 2003.

Cospedal se desvinculó de cualquier irregularidad a pesar de que los estatutos del partido establecen que la Secretaría General tiene responsabilidad sobre las cuentas y finanzas, como explicó el abogado de Izquierda Unida, Enrique Santiago. Pero lo más relevante de la declaración es que Cospedal se desmarcó de las gestiones relacionadas con la desvinculación de Bárcenas del partido y sostuvo que su salida fue pactada en una reunión en marzo de 2010 por Rajoy y Javier Arenas. Tras renunciar a sus cargos de senador y tesorero, en 2009, por su imputación en el caso de corrupción Gürtel, una red empresarial que pagaba comisiones al PP a cambio de contratos, Bárcenas siguió cobrando dinero de su partido hasta mayo de 2012.

Durante su comparecencia, Cospedal negó la existencia de una contabilidad B así como haber recibido dinero en negro tal como aseguró Bárcenas, según explicaron los abogados de la acusación a la prensa. Por otro lado, la secretaria general, quien no escondió que está enemistada con Bárcenas, atribuyó al ex tesorero y a su antecesor, Alvaro Lapuerta, la responsabilidad de lo que pasaba con las finanzas del PP. Asimismo, la también presidenta regional de Castilla-La Mancha negó que su partido haya recibido una comisión de 200.000 euros en 2007 a cambio de contratos públicos en la ciudad de Toledo.

En medio de gran expectativa mediática, la dirigente del PP llegó a la Audiencia Nacional custodiada por un fuerte despliegue policial y acosada por gritos de “chorizo (ladrón), corruptos a prisión” y abucheos de un centenar de manifestantes –en su mayoría ahorristas estafados por la banca– que se congregaron en el lugar y que intercambiaron insultos con algunos partidarios del PP que llegaron para apoyar a Cospedal.

El magistrado citó a declarar a Cospedal después de que el ex tesorero del PP Bárcenas afirmó, el pasado 15 de julio, una vez ingresado en prisión, que les entregó 95.000 euros a ella y a Rajoy entre 2009 y 2010. Aquella comparecencia de Bárcenas supuso un giro en la causa sobre la contabilidad B del PP (1990-2008), ya que el ex tesorero reconoció ser el autor de los manuscritos del escándalo.

El diario El Mundo publicó recientemente que nunca hubo una indemnización en diferido, como afirmó Cospedal, sino que existía un contrato laboral con un salario de 255.600 euros anuales. Con la declaración de Cospedal, Rajoy queda una vez más en el centro de la escena y como máximo responsable por su ex tesorero.

Cuando la Justicia descubrió que Bárcenas tenía millones de euros en cuentas en Suiza, su situación se complicó y fue entonces que apareció la contabilidad B del PP, presuntamente filtrada por el propio ex tesorero como venganza a la cúpula de su partido, que lo dejó solo. La trama de corrupción salpica ahora a dirigentes de primera línea del partido gobernante.

Aunque Rajoy, Cospedal y la mayoría de los máximos responsables del partido niegan la doble contabilidad, hubo otros dirigentes que reconocieron haber recibido el dinero que figura en los documentos, aunque sostienen que los cobros fueron legales. El martes, el ex gerente del PP Cristóbal Páez reconoció ante el juez Ruz que recibió el dinero en negro que figura a su nombre en las cuentas B, un total de 12.000 euros entre 2007 y 2008, en concepto de gratificaciones.

Mientras Bárcenas lleva casi dos meses en prisión, el escándalo de corrupción continúa erosionando la popularidad del gobernante PP en medio de la grave crisis económica que atraviesa España.