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El brigadier chileno en retiro Miguel Krassnoff, condenado por secuestro, tortura y desaparición de opositores durante la dictadura militar pinochetista, será homenajeado hoy con un “asado de camaradería” en el penal Cordillera, lo que abrió una fuerte polémica. Un grupo de ex militares organizó el encuentro con el fin de rendir tributo a quien fuera agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) –la hoy disuelta policía secreta de Augusto Pinochet– durante la dictadura, responsable de numerosos casos de infiltración política y violaciones de derechos humanos.

Krassnoff, quien debe cumplir condena a más de cien años de cárcel, nunca reconoció su participación en los hechos que se le imputan y, por el contrario, resalta su “contribución heroica al país”. Frente a este anuncio de homenajear al ex militar, el diputado del opositor Partido Demócrata Cristiano (DC) Gabriel Ascencio anunció que entregará una carta a la ministra de Justicia, Patricia Pérez, para solicitar que se prohíba el “asado” a favor de Krassnoff.

Ascencio consideró el homenaje como una afrenta a los chilenos y a las personas que están privadas de libertad, e incluso “una burla al propio presidente de la república”, porque el mismo Sebastián Piñera ha puesto el acento en que no es posible que los militares que cumplen condenas en el penal tengan privilegios. “Lo que están haciendo estos violadores a los derechos humanos es reírse del presidente, reírse a través de esta fiesta”, exclamó Ascencio, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja.

El penal Cordillera quedó en el centro de la escena esta semana a partir de que el presidente Piñera esbozara la chance de cerrarlo, lo que obligaría al traslado de los 10 detenidos que se encuentran en el lugar y que pasarían al penal de Punta Peuco. La controversia nació, entre otros puntos, por declaraciones de gendarmes a cargo de la custodia de los presos, quienes denunciaron las condiciones exclusivas de ese recinto carcelario, con piscina, cancha de tenis y TV por cable, entre otras comodidades, muy disímiles a la situación de otros penales. El penal Cordillera tiene cinco bungalows que incluyen dormitorios, baños, cocinas y sala de estar. Cada vivienda dispone de teléfono y TV por cable.