La minoría serbia boicoteó ayer las primeras elecciones municipales en Kosovo, unos comicios históricos no sólo para la ex provincia serbia, sino también para Belgrado, que se juega su posible inclusión a la Unión Europea (UE). Pese a las expectativas creadas por el jefe del gobierno kosovar, Hashim Thaci, quien ayer calificó a las elecciones como “un test europeo para nosotros”, la mayoría de los serbios en Kosovo le aguaron el festejo cívico al cumplir con su promesa de boicotear los comicios.

Mientras que cerca de 1,7 millones de kosovares estaban habilitados para elegir intendentes y concejales en 39 distritos, y que en gran parte del país los comicios se realizaron sin problemas, en el norte la minoría serbia se aseguró una alta abstención, un clima de tensión y hasta la suspensión de la votación en una ciudad.

Kosovo declaró su independencia de Belgrado en 2008 luego del conflicto armado entre fuerzas serbias y la guerrilla albanokosovar entre 1998 y 1999, y con el apoyo explícito de Estados Unidos y la ONU. Desde entonces, unos 120.000 serbios viven dentro del nuevo y pequeño Estado kosovar, de los cuales 40.000 se concentran en el norte del país, donde siempre mantuvieron el control sobre las instituciones locales.

Los pocos electores serbios que aceptaron participar del proceso electoral y acudieron a las urnas fueron tildados de “traidores” por grupos de ultraderecha procedentes de Belgrado y filmados con cámaras de video. Ni los insistentes llamados de Belgrado a los serbokosovares consiguieron garantizar una alta participación en el norte de Kosovo, que no llegó al 15 por ciento del electorado de esa región a pocas horas antes del cierre de las urnas.

En cambio, en los enclaves serbios situados en el centro y el sur de Kosovo la participación serbia fue mucho mayor, por encima del 50 por ciento, por encima inclusive que la media del país. El momento de mayor tensión se vivió a la tarde en la ciudad de mayoría serbia, Mitrovica. Según medios locales, grupos de ultraderecha serbia irrumpieron en un edificio, en el que se encuentran 16 de los 33 colegios electorales de esa ciudad, justo en el momento en el que un grupo nutrido de votantes acudía a depositar su voto. La policía kosovar intervino con gas lacrimógeno y la votación quedó suspendida dos horas antes del cierre de los comicios.