Para mantener en perfecto estado su famoso peinado, la ex primera ministra británica Margaret Thatcher no renunciaba a la peluquería ni en los momentos de máximo estrés. Al menos así se desprende de documentos hasta ahora secretos publicados ayer por el Archivo Nacional británico, luego de que transcurrieran 30 años, según dicta la legislación británica. Esos papeles arrojan también luz sobre una ocasión en la que los franceses intentaron, apelando a métodos poco habituales, poner a prueba a las fuerzas de seguridad británicas: en octubre de 1984, la noche anterior a una visita del entonces presidente francés François Mitterrand, ocultaron dos cajas de explosivos en la residencia del embajador francés en Londres. Las autoridades británicas las encontraron, así como otros explosivos en un hotel. El acto indignó muchísimo al gobierno de Thatcher, aunque los franceses no dieron nunca una explicación sobre lo sucedido.

A partir de la divulgación de estos documentos, se supo que la Dama de Hierro, conocida también por ser una adicta al trabajo, fue a la peluquería en 118 ocasiones en 1984 y durante un foro económico en Londres acudió durante cinco días consecutivos. Sin embargo, la controvertida política conservadora, fallecida el pasado abril a los 87 años, apenas pudo disfrutar de un verdadero descanso durante su mandato al frente del gobierno de Reino Unido, entre 1979 y 1990. Durante unas vacaciones de dos semanas y media que la llevaron a visitar Austria y Suiza, se reunió con numerosos políticos, entre ellos el entonces canciller alemán Helmut Kohl, y participó en reuniones y cenas oficiales. Por las mañanas también solía trabajar y sólo en una oportunidad el plan de la mañana era: “Nadar y relajarse”.