La secretaria general del Partido Popular (PP), María Dolores de Cospedal, llamó ayer a sus compañeros a mantener la unidad, al inaugurar una reunión partidaria nacional que debía tratar temas económicos. La idea de la convención nacional del PP, que se celebra este fin de semana en Valladolid, era poder mostrar el final de una etapa, la mitad de mandato del presidente del gobierno Mariano Rajoy, con datos positivos como la incipiente salida de la recesión, así como plantear la posibilidad de cumplir con algunos objetivos de su programa, como una baja de impuestos. Sin embargo, las fricciones internas surgidas en las últimas semanas en torno del endurecimiento por la ley del aborto, el conflicto con Cataluña y, finalmente, una fuga importante del partido –el eurodiputado Alejo Vidal Quadras– y desplantes de dirigentes del sector más ultraconservador del PP, como el ex presidente José María Aznar, convirtieron la cumbre partidaria en un intento por mantener la cohesión interna.

“Todos somos el Partido Popular”, dijo Cospedal en el plenario de la convención, observada por el propio Rajoy, la cúpula del partido, sus líderes regionales y unos 2000 militantes del PP. En un intento por dar una muestra de normalidad, Cospedal tuvo palabras de agradecimiento para el ex ministro Jaime Mayor Oreja, quien recientemente anunció que no repetiría como cabeza de lista y justificó la ausencia de José María Aznar, que plantó a Rajoy en la reunión.

De cara a los comicios europeos del próximo 25 de mayo, sostuvo que la opción ante lo que está pasando el país es “el Partido Popular o la nada”. “Todos cabemos en el PP. Todos los que creemos que la libertad es esencial en una sociedad avanzada”, subrayó Cospedal, quien hizo hincapié en que su partido es el único capaz de frenar el independentismo, ante cualquier otra competencia que pueda surgirle a la derecha, como el partido Vox.