EL MUNDO

Un día de fiesta y militancia en Chiapas, capital antiglobalización

El gobierno de Vicente Fox, golpeado por su última derrota electoral, recibió ayer un nuevo desafío por parte del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que creó virtuales gobiernos autonómicos indígenas en las zonas que controla en el estado de Chiapas.

La lucha, pero también la fiesta, volvieron ayer al estado de Chiapas. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) formalizó ayer la designación de cinco Juntas de Buen Gobierno, a través de las cuales gestionará una treintena de municipios del sudeste mexicano, que controla desde su alzamiento, el 1º de enero de 1994. “Este es un acto histórico porque hoy termina una etapa de nuestra lucha y comienza otra de lucha política, resistencia y autonomía de los pueblos indígenas de México”, anunció el comandante “Rafael”.
Comandantes subalternos del máximo jefe del EZLN –el subcomandante Marcos– formularon la declaración al dar la bienvenida ayer a miles de simpatizantes nacionales y extranjeros del grupo insurgente a la aldea chiapaneca de Oventic (unos 1000 kilómetros al sudeste de la capital mexicana). A partir de ayer, los zapatistas se disponen a entregar documentos de identidad a los indígenas de sus comunidades, dirimir querellas por la tierra (el gran problema del estado desde 1994) e incluso a resolver los problemas que puedan presentarse con las comunidades no zapatistas.
La inmensa mayoría de los más de 5000 asistentes al acto eran indígenas, hombres, mujeres y niños, muchos de ellos encapuchados, vistiendo trajes tradicionales, hablando tzotzil o cualquiera de los dialectos del antiguo maya. Rodeada de un espectacular paisaje montañoso, Oventic esperaba ser escenario de la reaparición pública de Marcos, quien habría estado el fin de semana pasado en Ciudad de México y viajado antes de manera clandestina a Estados Unidos, Belice y Guatemala, según publicó ayer el diario El Independiente, citando fuentes de seguridad. Pero Marcos, el jefe más conocido de la insurgencia, no asistió al acto como se preveía, como tampoco los principales comandantes de la guerrilla, como David, Tacho Sebedeo y Trini.
La Constitución mexicana no contempla la autodeterminación, un reclamo que los zapatistas exigieron en su propuesta de Ley Indígena. Los rebeldes se acogieron, sin embargo, a la fórmula de “mancomunar” los 30 municipios que cuentan en su poder, sí contemplada en la Carta Magna, bajo cinco Juntas de Buen Gobierno, encargadas de administrarlos. El acto supone un desafío para el gobierno del presidente Vicente Fox, jaqueado por su reciente derrota electoral del 6 de julio, que llevó a la oposición a dominar el Congreso. “No creo que el anuncio sea producto de la situación política, pero está claro que han aprovechado la coyuntura”, declaró a la prensa Pedro Raúl López Hernández, presidente de la comisión estatal de Derechos Humanos de Chiapas. El gobierno decidió no obstaculizar el evento y los controles policiales y militares no entorpecieron los accesos.
En la plaza mayor de Oventic se dieron cita tzotziles, lacandones y zoques, ataviados con bellos trajes regionales, junto a militantes antiglobalización provenientes de Francia, España, Italia y Estados Unidos. El ambiente era más festivo que reivindicativo, con bandas de música, tianguis (mercados populares) y comida tradicional.

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Indígenas simpatizantes del EZLN llegan a Ovantic tocando sus instrumentos tradicionales.
 
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