Desde Roma

“No vine aquí para escuchar tu programa. No sos creíble”, “vos representás a los poderes fuertes, a los bancos”, “sos un joven viejo”, “no tenemos ninguna confianza en vos ni en tu sistema”, “sos una buena persona pero representás a un sistema que está podrido”, le disparó, entre otras agresiones, el ex cómico Beppe Grillo, líder del Movimiento Cinco Estrellas, al designado primer ministro italiano Matteo Renzi, en la que se supone debía ser una reunión de debate político. Se trataba de hablar sobre el futuro gobierno y del programa que se pretende implementar, y de escuchar las críticas o aportes de ambas partes. Son las típicas reuniones de consulta política que hace normalmente un primer ministro designado antes de responderle al presidente de la República que tiene los votos suficientes en el Parlamento como para hacer y mantener un gobierno. Pero Grillo, como siempre hace, por lo demás, no lo dejó hablar. Se creyó tal vez que estaba en uno de sus shows, dueño y patrón del micrófono, hablando sin control y a grito pelado durante horas. O, lo más probable, intentó demostrarles a sus electores, y a todos los italianos, que él dice las cosas justas y que él defiende a la gente, mientras todos los demás son vendidos. El encuentro duró poco más de diez minutos.

La reunión, como exige el M5S para todas las actividades de Grillo, fue transmitida en streaming, es decir en vivo, vía Internet, para que todo el mundo se enterara, en el momento, de lo que estaba sucediendo. Y Grillo sigue así manteniendo su show para que sus seguidores lo sigan aplaudiendo. Pero ayer no todos lo apreciaron. “Hoy Grillo no me gustó. No era éste el modo en el que debían decirse las cosas. Yo también pienso que Renzi no es creíble. Pero una vez que estás en la reunión, lo dejás hablar y después decís la tuya”, comentó el senador del M5S, el italovenezolano Luis Alberto Orellana. Es que en realidad Grillo no quería ir al encuentro, como rehusó igualmente presentarse en las consultas previas que hace el presidente de la República con los partidos políticos, para apreciar mejor cuál es la situación. Pero esta vez, el M5S hizo un referéndum en Internet entre sus electores y salió ganando la propuesta de asistir al encuentro con Renzi. La diferencia fue de poco más de 400 votos. Y Grillo se presentó de mala gana. “Si por mí hubiera sido, no habría venido”, dijo después a los periodistas. Renzi intentó ponerle freno durante la conversación, le dijo de muchas maneras que no siguiera haciendo un teatro. Pero poco después, habían pasado unos 10 o 15 minutos, se dio cuenta de que era inútil, se puso de pie y se retiró.

La reunión –si es que se puede llamar así a este monólogo donde Grillo no dejó que Renzi presentara completa ninguna de sus ideas– se realizó en una sala de la Cámara de Diputados, la misma donde Renzi había conversado poco antes con Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia (FI), y ayer con el conductor del Nuevo Centro Derecha (NCD), el ex berlusconiano Angelino Alfano. Berlusconi, acompañado por dos de sus fieles seguidores, salió sonriendo del encuentro, a diferencia del día en que estuvo con el presidente Giorgio Napolitano, donde se lo vio serio como nunca. “Hoy he encontrado un premier que tiene la mitad de mi edad. Y es una buena señal, también para la renovación de la clase dirigente”, dijo Berlusconi, que rehusó responder las preguntas de los periodistas. Había precisado sin embargo que su partido hará una “oposición responsable”, que estaba de acuerdo en trabajar sobre las reformas que propone Renzi y, sobre todo, que quede intacta la ya negociada ley electoral. La ley electoral es uno de los puntos delicados en la negociación con el casi seguro aliado, los ex berlusconianos del NDC. Sobre todo porque el proyecto de la nueva ley ha sido criticado por algunos sectores que lo acusan de querer favorecer el bipartidismo perjudicando a las formaciones políticas menores. Y éste podría ser el caso del partido de Alfano.

Con todo, la negociación con NDC no ha terminado. Podrían todavía salir a relucir algunas otras asperezas por limar, como el tema laboral, al que Renzi quiere dedicarle muchos esfuerzos y sobre el que NDC tiene sus reservas. Pero también la reforma de la Justicia, que Alfano, abogado como es, quiere modificar, eliminando además la posibilidad de que un actual juez –a los que el centroderecha odia, especialmente Berlusconi– pueda llegar a ser ministro de Justicia.

“Estoy totalmente convencido de que existen las condiciones para hacer un trabajo óptimo”, dijo Renzi a los periodistas al concluir por la tarde de ayer todos los encuentros con los partidos políticos. Y reiteró su plan: el sábado se anunciarán los ministros y, el lunes, el nuevo gobierno se presentará ante el Parlamento para obtener el voto de confianza. Y en cuanto al programa, se empezará con el tema de los recortes en los costos de la política (lo que puede significar reducción de personal, reducción de salarios y beneficios, reducción de privilegios, etc.), se seguirá con las reformas constitucionales e institucionales. A partir de marzo se afrontarán los problemas relativos al mundo laboral, entre abril y mayo se afrontará la reforma del fisco y de la administración pública y luego los temas ligados a la reorganización de la Justicia. “Todo se hará con el fin de llegar a julio –cuando Italia se hará cargo de la presidencia de la Unión Europea– y que el país esté en condiciones de decirle a Europa qué le pedimos”, concluyó el primer ministro designado.