Lunes, 30 de junio de 2014 | Hoy
EL MUNDO › EN SIRIA, LOS JIHADISTAS CRUCIFICARON A OCHO PERSONAS
Desde el 3 de enero, 5641 personas murieron en enfrentamientos entre facciones islamistas en la convulsionada Siria.
El jihadista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) crucificó hasta la muerte a ocho combatientes de las brigadas rebeldes rivales en la provincia de Alepo, al norte de Siria, por considerar que su comportamiento era demasiado moderado, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La ONG explicó en un comunicado que las víctimas fueron ajusticiadas anteayer en la localidad de Deir Hafer, en cuya plaza los cuerpos iban a permanecer exhibidos como trofeo de guerra durante tres días. El EIIL acusó a los ocho rebeldes de ser sahwa, un término que los extremistas emplean para referirse a los combatientes rivales a los que acusan de estar bajo las órdenes de las potencias occidentales.
En la ciudad de Al Bab, ubicada al nordeste de Alepo, los jihadistas mantuvieron atado a una cruz a otro hombre durante varias horas como castigo por dar “falso testimonio”. La organización radical aplicó el castigo de la crucifixión anteriormente en otras zonas del norte de Siria, donde tiene su bastión en la provincia de Al Raqa. El EIIL también domina amplias zonas de Irak, principalmente en la región occidental de Al Anbar y en la septentrional de Nínive, con el objetivo de crear un califato islámico en Irak y en Siria.
Desde el 3 de enero, un total de 5641 personas murieron en enfrentamientos entre facciones islamistas insurgentes en siete provincias sirias dentro del marco de la sangrienta guerra civil que ya lleva más de tres años. Estos combates enfrentaron principalmente al EIIL con otras brigadas, en su mayoría islamistas, como el Frente el Nusra –filial de la red terrorista Al Qaida en Siria–, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización que apoya a la oposición y cuya sede se encuentra en Londres. Durante 2013, los combates entre milicias insurgentes comenzaron a dominar parte del norte del país, mientras permitieron que el ejército sirio y sus milicias aliadas se concentraran en el oeste, centro y sur del país, donde lograron importantes avances. En los más de tres años que ya lleva la guerra civil, cerca de 165 mil personas murieron y alrededor de 9 millones tuvieron que abandonar sus casas y refugiarse dentro del país o en naciones vecinas.
Dado que la violencia sigue marcando la mayoría de las regiones del país, la Liga Arabe y la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) lanzaron un llamamiento conjunto para que tenga lugar un alto al fuego con motivo del mes de Ramadán, que empezó ayer en ese país y en gran parte del mundo musulmán. Los secretarios generales de los dos organismos, Nabil al Arabi e Iyad al Madani, instaron a todas las partes militares que combaten en Siria al cese de todo tipo de actos de violencia durante el mes sagrado, en el que los creyentes ayunan durante el día y se reúnen en familia durante la noche.
Este llamamiento tiene como objetivo detener el derramamiento de sangre de los sirios, disminuir su sufrimiento y permitir que las organizaciones humanitarias cumplan sus deberes en las zonas siniestradas, según manifestaron ambos dirigentes.
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