Miércoles, 1 de octubre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › DESDE QUE SE FORMó LA COALICIóN INTERNACIONAL PARA COMBATIR A LOS JIHADISTAS DEL EI
Londres se sumó formalmente a la campaña de ataques que Estados Unidos mantiene hace más de un mes y medio. La esposa de Alan Henning, uno de los rehenes británicos en manos de los sunnitas radicales, exigió clemencia a los captores.
Mientras la aviación británica lanzaba ayer sus primeros bombardeos contra las posiciones que el Estado Islámico (EI) mantiene en el norte de Irak, las fuerzas kurdas iraquíes abrían nuevos frentes de batalla para recuperar el control de esa región, controlada parcialmente por los jihadistas desde hace cuatro meses. Asimismo, la batalla por el control de la ciudad siria de Kobani, cercana a la frontera con Turquía, recrudeció con fuertes combates entre milicianos kurdos, miembros del EI y ataques de aviones estadounidenses contra el grupo islamista, que sin embargo logró avanzar aun más hacia la estratégica plaza de esa ciudad. En Londres, la esposa de Alan Henning, uno de los rehenes británicos en manos de los extremistas del EI, exigió clemencia a la milicia sunnita. “Pido al Estado islámico que por favor lo liberen, lo necesitamos de vuelta en casa”, rogó Barbara Henning en un mensaje televisado que divulgaron diversas cadenas británicas. Su esposo, un taxista de 47 años de Salford, fue capturado en diciembre cuando prestaba ayuda humanitaria en Siria.
“Estoy segura de que aquellos que quieren ser conocidos como un Estado actuarán como estadistas y mostrarán compasión y clemencia”, indicó la esposa del hombre secuestrado. El EI ya ejecutó frente a una cámara a dos periodistas estadounidenses y a un ex militar británico que trabajaba para una organización humanitaria en Siria. Tanto el Reino Unido como Estados Unidos se niegan a negociar con organizaciones a las que consideran terroristas y afirman que cualquier pago de rescate representa un delito. La desesperación de Barbara Henning además se explica porque la tensión entre Londres y Washington y el EI escaló dramáticamente en las últimas semanas con la multiplicación de los bombardeos aéreos de las potencias contra sus posiciones en el norte y el oeste de Irak.
Cuatro días después de conseguir el apoyo legal del Parlamento en Londres, la aviación británica lanzó ayer sus primeros ataques contra el territorio iraquí, según informó el Ministerio de Defensa en un comunicado. De esta manera, Londres se sumó formalmente a la campaña de bombardeos que Estados Unidos mantiene hace más de un mes y medio. Los dos ataques de precisión de los aviones británicos se llevaron a cabo con éxito, según la evaluación inicial, y los dos aviones regresaron sin problemas a la base de Akrotiri, en Chipre, informó el ministro de Defensa, Michael Fallon, quien explicó que los objetivos fueron un vehículo y una posición armada de la milicia islamista.
Ambos cazas británicos realizaban una nueva misión de reconocimiento armada cuando las fuerzas de la región autónoma del Kurdistán iraquí pidieron su ayuda para repeler un ataque de milicianos del EI en el noroeste de Irak, señaló el ministro. Las fuerzas kurdas pelean en el terreno junto con las milicias recientemente creadas y bautizadas como Unidades de Protección del Pueblo Kurdo, para recuperar parte del norte de Irak tomado por los islamistas. Uno de los tres frentes de batalla que abrieron ayer fue en la zona de Rabia, 500 kilómetros al noroeste de Bagdad. Según el vocero de las fuerzas kurdas, lograron recuperar varias aldeas. La localidad de Rabia se encuentra en la provincia septentrional de Nínive, cerca del puesto fronterizo bautizado con el mismo nombre entre Siria y Irak, a 114 kilómetros al noroeste de Mosul, la capital de la región, segunda ciudad del país y el centro de operaciones de los islamistas radicales desde hace cuatro meses.
Por el momento, las tropas kurdas consiguieron expulsar a los jihadistas de tres aldeas dependientes de Daquq –Al Wahda, Al Saad y Al Jaled– y provocaron daños materiales y bajas en las filas del EI. Hikmet, el vocero de los peshmerga, como se conoce a las fuerzas kurdas, explicó que la ambiciosa ofensiva causó bajas entre los islamistas en los frentes, aunque aclaró que por el momento no tienen una cifra exacta de muertos. Desde que el avance del EI sobre Mosul y gran parte del norte de Irak tomó por sorpresa a Bagdad y a sus aliados internacionales, los peshmergas demostraron ser la fuerza armada local más efectiva para combatir a los extremistas. Por eso, esos grupos actualmente representan una parte esencial de la estrategia de Estados Unidos y de su coalición internacional, que los apoya con bombardeos aéreos y el envío masivo de armas.
En tanto en Siria, pese a la resistencia de los kurdos y a la campaña de bombardeos encabezada por Washington, los jihadistas del EI redoblaron en los últimos días su ofensiva de dos semanas para capturar la ciudad kurdo-siria de Kobani, y ya controlan cientos de pueblos cercanos a esa zona de la frontera con Turquía. La máxima funcionaria de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, dijo que los enfrentamientos desataron uno de los mayores éxodos de una misma zona de Siria en más de tres años de guerra en el país, al revelar que la cifra de refugiados que cruzó hacia Turquía ya alcanzó los 160 mil. “Tienen tanto miedo que muchas personas cruzaron campos minados en busca de refugio”, dijo Amos en una intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
El comando central militar estadounidense dijo que aviones de combate tripulados y no tripulados lanzaron entre anteanoche y ayer once nuevos ataques contra posiciones del EI en Siria, incluyendo tres cerca de la frontera con Turquía que destruyeron una pieza de artillería, dañaron otra y derribaron dos lanzacohetes.
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