Miércoles, 19 de noviembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › AL MENOS CUATRO ISRAELíES Y DOS ATACANTES PALESTINOS MURIERON EN EL ATENTADO
Netanyahu prometió responder “con puño de hierro” y acusó al presidente palestino, Mahmud Abbas, y al movimiento islamista Hamas de haber provocado el atentado. Ocho personas resultaron heridas, incluyendo a dos policías.
Al menos cuatro israelíes murieron a manos de atacantes palestinos que irrumpieron ayer en una sinagoga en Jerusalén armados con cuchillos y una pistola. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió responder “con puño de hierro” y acusó al presidente palestino, Mahmud Abbas, y al movimiento islamista Hamas de haber provocado el atentando.
Horas más tarde, luego de una reunión de gabinete, el premier ordenó demoler inmediatamente las casas de los dos palestinos que cometieron el asalto a la sinagoga –que fueron abatidos por la policía tras la masacre– y las de los demás palestinos que hayan perpetrado ataques mortales en las últimas semanas. El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) reivindicó el atentado.
La policía dijo que los cuatro israelíes muertos tenían doble nacionalidad, tres de ellos estadounidense y el cuarto, británica. El consulado estadounidense en Jerusalén identificó a los norteamericanos como Aryeh Kupinsky, Cary William Levine y Mosheh Twersky, mientras que la policía israelí dijo que el británico se llamaba Avraham Goldberg. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo que habló por teléfono con Netanyahu tras el asalto y que lo denunció como un “acto de terrorismo y de violencia y brutalidad sin sentido”.
El vocero policial israelí Micky Rosenfeld dijo que ocho personas resultaron heridas en el ataque, incluyendo a dos policías. Cuatro de los heridos estaban en condiciones serias, dijeron fuentes médicas citadas por la cadena CNN. El ataque ocurrió alrededor de las 7 (hora local) en Har Nof, un barrio de ultraortodoxos en la margen oeste de la ciudad y alejado de los lugares sacudidos por la reciente ola de violencia. “Nos encontrábamos en mitad del rezo de la mañana. El primero de ellos avanzó con una pistola en la mano, se acercó a la gente y comenzó a disparar”, dijo Yusef Posternak, un judío ultraortodoxo argentino de 45 años que se encontraba en el interior del templo.
“Me di vuelta por el sonido de los tiros y vi a un segundo hombre blandiendo un gran cuchillo de carnicero, como para matar animales, que empezó a atacar” a los presentes, que eran unos 25. Posternak, padre de ocho hijos, decidió correr hacia la cocina del centro, donde permaneció escondido hasta que unos 15 minutos después de que todo comenzara la policía lo rescató, explicó.
La vocera policial israelí Luba Samri dijo que los atacantes eran de Jerusalén Este, escenario de continuos disturbios y de enfrentamientos entre jóvenes palestinos y policías israelíes en los últimos meses. La portavoz identificó a los agresores como Ghassan y Oday Abu Jamal, del barrio de Jabal Mukaber. El FPLP, una pequeña agrupación de la resistencia armada, dijo que los primos eran miembros de la organización.
De hecho, pertenecían las Brigadas Abu Ali Mustafa, el brazo armado del FPLP, que están consideradas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) como un grupo terrorista. En septiembre de 2000, Abu Ali Mustafa, ex jefe del FPLP, decidió comenzar una serie de asaltos en la Franja de Gaza y llamó a “liberar toda la tierra histórica de Palestina”.
El atentado, el más mortal en Jerusalén en seis años, amenaza con profundizar los temores a una extendida y prolongada ola de violencia en la ciudad santa, que ya estaba en ascuas en medio de meses de tensiones en torno de su sitio más sagrado y por la expansión de las colonias judías en el sector palestino.
El presidente Abbas condenó el ataque –la primera vez que lo hace desde el reciente inicio de una ola de violencia contra israelíes–, aunque también exigió el fin de las “provocaciones” de Israel relativas a la Explanada de las Mezquitas, el lugar más sagrado de Jerusalén, venerado por musulmanes y judíos. En un comunicado, la oficina de Abbas señaló que condenaba el asesinato de fieles en una sinagoga en Jerusalén y pidió el fin de la “invasión” de la mezquita de Al Aqsa y un freno a la incitación de las tensiones por parte de ministros israelíes.
Netanyahu se reunió de urgencia con su gabinete, y del encuentro participaron el ministro de Defensa, Moshe Yaalon; el ministro de Seguridad Pública, Yitzhak Aharonovitch; el responsable de la Agencia de Seguridad de Israel, Yoram Cohen; el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, y las máximas autoridades de seguridad del país. El gabinete decidió, además de demoler la casa de los atacantes, reforzar los controles fronterizos, sumar nuevos puestos de vigilancia en las zonas árabes de Israel y ordenar el entierro fuera de Jerusalén de los dos palestinos.
El ataque fue el más letal en Jerusalén desde que un palestino mató a ocho estudiantes en un seminario judío el 6 de marzo de 2008. La policía israelí calificó el incidente como un “ataque terrorista” y dijo que los dos palestinos que lo cometieron eran primos que vivían en Jerusalén Este. Hamas, el grupo palestino que gobierna en la Franja de Gaza, elogió el ataque como una “respuesta a los continuos crímenes israelíes”, mientras que decenas de personas salieron a las calles en Ciudad de Gaza para celebrar la acción en Jerusalén. En tanto, el presidente estadounidense, Barack Obama, condenó el “horrendo” ataque contra la sinagoga. “No hay y no puede haber justificación para estos ataques contra civiles inocentes”, indicó el mandatario a través de un comunicado emitido por la Casa Blanca.
Israel está en vilo desde hace tiempo por una serie de ataques de palestinos contra israelíes en los que murieron al menos seis en Jerusalén, Cisjordania y Tel Aviv, antes del asalto de hoy a la sinagoga.
Todos estos recientes ataques fueron cometidos por palestinos que actuaron en solitario y sin responder órdenes de grupos armados, pero el de ayer en la sinagoga recuerda las acciones más cruentas que caracterizaron la Intifada –levantamiento– palestina de la década pasada.
Las tensiones en Jerusalén comenzaron en junio pasado con los secuestros y asesinatos de tres adolescentes israelíes y otro palestino, hechos que derivaron en una devastadora ofensiva militar de Israel contra Hamas en Gaza, en julio, que dejó más de 2100 muertos, en su mayoría civiles. Desde entonces, una veintena de palestinos fueron muertos por fuerzas israelíes en Cisjordania o Jerusalén y cientos más fueron detenidos.
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