Sábado, 13 de diciembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › NEGOCIACIONES SIN CONSENSO EN LA REUNION MUNDIAL POR EL CAMBIO CLIMATICO
El cierre del encuentro en Lima se postergó hasta hoy porque los delegados no acordaban el documento final. Uno de los puntos centrales que trabaron las negociaciones fue el financiamiento para enfrentar el problema y la distribución de los aportes entre los países.
Por Carlos Noriega
Desde Lima
Anoche, cuando se debía clausurar la Cumbre Climática Mundial COP 20 de Lima, el fracaso sobrevolaba la reunión. Pasada la hora fijada para el cierre, los delegados de 195 países, reunidos durante doce días en el cuartel general del ejército, no habían logrado un acuerdo y seguían negociando. El tema del financiamiento para enfrentar la crisis ambiental, y su distribución, era una controversia central en el debate. Se decidió posponer la clausura para ver si entre la noche del viernes y hoy sábado se lograba sacar adelante un documento aprobado por todos. Los menos optimistas hablaban de que todo podría prolongarse bien entrado el sábado.
La COP 20 debe aprobar un texto que sirva como documento base para las negociaciones de la COP 21 del próximo año en París, que es cuando se tiene previsto aprobar un nuevo acuerdo ambiental mundial para reemplazar a partir de 2020 al Protocolo de Kioto.
A la tarde, cuando las negociaciones aparecían estancadas y ya se hablaba de fracaso, el ministro de Ambiente del Perú, Manuel Pulgar Vidal, que como anfitrión ejerce la presidencia de la cumbre, pidió en la plenaria a todas las delegaciones hacer un esfuerzo para sacar adelante un acuerdo. “Estamos casi ahí, y creo que lo podemos lograr”, dijo, haciendo un esfuerzo de optimismo.
El aire de cierto moderado optimismo entre las delegaciones que abrió la COP 20 se fue diluyendo con los días, y con negociaciones que no avanzaban. Ayer había un pesado ambiente de decepción. Aunque todavía quedaba la esperanza de lograr salvar la situación a última hora con la extensión dada para seguir negociando. “Se ha avanzado poco en los temas cruciales, pero algún acuerdo debe salir de Lima, aunque no sea lo que esperábamos”, le confió a este diario el representante de un país latinoamericano.
“Las grandes preguntas no serán resueltas en Lima, pero esperamos que en las próximas horas se llegue a un acuerdo”, dijo la ministra de Ambiente de Alemania, Bárbara Hendricks, revelando que en los temas sustanciales subsistían importantes diferencias y éstos se pasarían para la cumbre de 2015 en París. La esperanza era llegar a un consenso mínimo que lograra salvar la cumbre del fracaso.
Los temas centrales que trabaron las negociaciones tienen que ver con el financiamiento para enfrentar el problema del cambio climático y la distribución de los aportes entre los distintos países; los mecanismos para el manejo de ese financiamiento; cómo enfrentar los costos de los daños y pérdidas sufridos por los países no desarrollados más afectados por el calentamiento global; la adopción del concepto de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, que implica reconocer la mayor responsabilidad histórica de los países desa-rrollados en la crisis ambiental y que eso se traduzca en mayores compromisos y aportes; los compromisos de mitigación del calentamiento global; y en el tipo de mecanismos que se deben adoptar para verificar que los países cumplan con sus compromisos.
Durante las negociaciones se debilitó el objetivo de asegurar compromisos firmes para garantizar el financiamiento del Fondo Verde, creado para financiar los costos de la mitigación del cambio climático y la adaptación para reducir la vulnerabilidad de los países por la crisis ambiental. El objetivo es que este fondo cuente con 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020. Hasta ayer, la cifra aportada al Fondo Verde era poco más de 10 mil millones. Y no había claridad sobre los mecanismos para comprometer a los países con aportes a este fondo. Las naciones en vías de de-sarrollo exigen mayores compromisos financieros con este fondo a los países desarrollados.
El asunto de las “responsabilidades comunes pero diferenciadas” es clave para los países en vías de de-sarrollo. La Argentina puso énfasis en que se adopte ese compromiso, según el cual los países desarrollados, teniendo en cuenta su mayor responsabilidad en el calentamiento global, deben adoptar mayores compromisos financieros y de transferencia de tecnología y capacidades hacia las naciones en vías de desarrollo para enfrentar los efectos de la crisis ambiental y para adaptarse a las políticas de reducción de emisiones de carbono sin perjudicar su propio desarrollo.
En el primer trimestre de 2015, los países deberían presentar sus intenciones de contribuciones en la reducción de gases de efecto invernadero. Se negocia cómo monitorear y vigilar el cumplimiento de esas reducciones. Los países anglosajones y Japón fueron los más duros para aceptar la postura de las naciones en vías de desarrollo de que un acuerdo incluya una referencia expresa a las “responsabilidades comunes pero diferenciadas”.
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