Mauricio Macri consiguió en la última sesión ordinaria del año de la Legislatura porteña lo que pretendía: de madrugada y tras un maratónico debate que incluyó una larga lista de proyectos y que terminó con escándalo, el macrismo aprobó con la ayuda de sus aliados el Presupuesto que el jefe de Gobierno diseñó para el 2015, así como también la emisión de un nuevo bono por 890 millones de dólares y el endeudamiento por 1000 millones de pesos. Con esa plata Macri podrá hacer frente a los vencimientos de deuda que la Ciudad tiene en abril, en medio de un año electoral en el que se apuesta a concentrar todos los recursos a su alcance para cimentar su candidatura presidencial. Desde la oposición advirtieron que el líder del PRO endeudará a los porteños con fines electorales y que una vez más se recortan fondos en las áreas sociales.

El PRO recurrió a sus ya habituales socios en la Legislatura para sancionar con 35 votos positivos el Presupuesto 2015. A los macristas se sumaron en el momento de la votación Graciela Ocaña con su bloque de Confianza Pública y las bancadas de Suma+ y el Partido Socialista Auténtico. Los legisladores de la Coalición Cívica, el Partido Socialista y Proyecto Sur se abstuvieron. El resto –Frente para la Victoria, MST, FIT, Bien Común y Seamos Libres– votaron en contra. Como parte del paquete que acompaña el Presupuesto se aprobaron también con los mismos votos el Código Fiscal y la Ley Tributaria, que prevé aumentos de hasta el 30 por ciento del ABL y del 50 por ciento en patentes.

El Presupuesto que armó Macri para el año totaliza casi 86 mil millones de pesos y prevé una inflación del 28 por ciento. Su diseño es similar a los anteriores y no revierte la baja que año tras año se registra en los servicios sociales, que en esta ocasión no llegan a concentrar el 60 por ciento del total de fondos presupuestados. A Educación se destinará el 20,5 por ciento del Presupuesto y el 18,1 irá para Salud. A Vivienda le tocó sólo el 2,4 por ciento, mientras que para el plan social Ciudadanía Porteña se establece un 27 por ciento de aumento; o sea, un punto menos que la inflación calculada para el año próximo.

La autorización al Ejecutivo para endeudarse es otra constante de Macri, que al asumir la Jefatura de Gobierno en 2007 encontró una Ciudad con una deuda de 500 millones de dólares y en siete años de gestión la llevó a unos 2000 millones. La Ciudad tiene dos vencimientos de deuda a la vista, correspondientes a los bonos Tango serie 8 y 10: uno en abril próximo por 475 millones de dólares y otro por 415 millones en 2017. Aunque para entonces Macri ya no será jefe de Gobierno, la Legislatura lo habilitó a emitir nueva deuda por 890 millones para afrontar ambas obligaciones. La oposición advirtió que Macri pagará el vencimiento de 2015 y que el resto lo usará con fines electorales. Por si eso no fuera suficiente, los legisladores también lo autorizaron a endeudarse por mil millones de pesos para el caso de que la puja con los fondos buitre complique la operación de canje de deuda.

“El principal problema no son los ingresos, son los gastos”, señaló el legislador de Nuevo Encuentro-FpV Juan Cruz Campagnoli, y dijo que “Macri sigue de-sinvirtiendo en las áreas sociales donde el Estado más falta hace, como educación y vivienda”. “Se ratifica el paulatino alejamiento del Estado de los sectores más vulnerados”, completó.

“Tiene déficit, se gasta más de lo que ingresa y además se triplicó la deuda”, fue el análisis de Aníbal Ibarra sobre el Presupuesto aprobado por el oficialismo y sus aliados. El ex jefe de Gobierno remarcó también que “toda esta deuda no es para obras o grandes inversiones”, sino que “el PRO está haciendo una gran bicicleta financiera con los recursos de todos los porteños”.

La jefa del bloque del Frente para la Victoria, Gabriela Alegre, advirtió que Macri “parece revivir viejas recetas: alto endeudamiento en dólares, bicicleta financiera, ajuste de la inversión social y baja inversión en infraestructura a largo plazo”. Pablo Ferreyra, de Seamos Libres, se sumó a las críticas: calificó el Presupuesto macrista de “escandaloso” y reprobó “la transferencia de recursos a los privados, lo que hace que los costos sean trasladados a la ciudadanía”.