Las delegaciones de paz del gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se volvieron a reunir en La Habana tras dos días sin sentarse a la mesa, y tres después de que la guerrilla suspendiera su tregua unilateral anunciada en diciembre. Las últimas operaciones militares condujeron “inevitablemente a la suspensión de nuestra decisión de mantener la medida del cese al fuego unilateral, que ya se hacía insostenible”, sostuvo el líder guerrillero Pablo Catatumbo (foto) al inicio de la jornada. Al menos 37 insurgentes murieron desde el pasado jueves en dos bombardeos aéreos contra la guerrilla. Un policía perdió también la vida en la noche del sábado en un ataque de las FARC en la costa del Pacífico, después de que el grupo suspendiera la tregua. La alcaldesa del municipio colombiano de Guapi, Yolima Sinisterra, pidió ayer al gobierno nacional que la ayudara para atender a 374 personas que huyeron de sus casas a raíz de la ofensiva militar contra las FARC. Según Sinisterra, los desplazados huyeron de sus casas en San Agustín en busca de ayuda en Guapi, que no tiene recursos suficientes para darles comida y hospedaje.