El rechazo griego a nuevas medidas de austeridad impactó negativamente en los mercados financieros europeos. En la primera rueda bursátil luego del aplastante voto negativo contra las exigencias de la troika, los principales índices accionarios del Viejo Continente retrocedieron hasta 4 por ciento, mientras que aumentaron las primas de riesgo de los títulos públicos de los países más comprometidos de la Eurozona. Durante la jornada aportó su cuota negativa la extensión del corralito bancario griego hasta el próximo viernes (ver aparte). En tanto, los mensajes de apoyo a la moneda comunitaria por parte de los organismos multilaterales de crédito fueron un paliativo que impidió que los desplomes fueran más abultados. El mercado bursátil más castigado fue el de Italia, cuyo índice de papeles privados perdió 4 por ciento y el diferencial de rendimientos respecto de la deuda alemana (considerada libre de riesgo) se incrementó hasta los 162 puntos básicos. El riesgo país para Grecia se ubicó en 1733 puntos básicos.

La lógica de los hombres de negocios que justificó las operaciones que llevaron a una baja generalizada en los principales índices accionarios se focalizó, como es habitual, en las posibilidades de corto plazo de Grecia para pagar su deuda, sin importar que para ello requiera hoy de nuevo endeudamiento. La negativa que resultó del referéndum a los ajustes es además un respaldo a la necesidad de renegociar la deuda griega con condiciones sustentables para ser cumplida, ya sea con quita de capital o extensión de plazos. Los inversores anticipan algún descuento en el pago de la deuda y la venta de bonos europeos se reflejó en la suba del riesgo para estos papeles. La prima de riesgo para Portugal finalizó en 242 puntos básicos, la de España se ubicó en 161. El riesgo de Grecia sumó 344 unidades.

Los papeles privados, así como en las materias primas, fueron arrastrados por la debilidad del euro. La moneda comunitaria se negoció ayer en 1,11 unidades frente al dólar, mientras que estimaciones privadas lo ubican en el mediano plazo en torno de 1 o 1,05 en la comparación con la divisa estadounidense, según explicó a este diario Leonardo Bazzi, responsable de Research de Puente. Entre las principales plazas globales, detrás de Italia (con un rojo de 4 por ciento) se ubicó la Bolsa de Madrid, con una caída de 2,2 por ciento; la de París, 2 por ciento; Francfort, 1,5; y en Londres, 0,6.

Más temprano se conoció la renuncia del ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, quien dejó su cargo para facilitar un acuerdo con los acreedores y fue sustituido por el coordinador del equipo heleno en las negociaciones y viceministro de Exteriores, Euclidis Tsakalotos. En ese momento el índice Nikkei de la bolsa de Tokio cerraba con una baja de 2,1 por ciento. En Wall Street las caídas fueron más leves. El promedio industrial Dow Jones perdió un 0,2 por ciento. Por su parte, el petróleo intermedio de Texas (WTI) cayó un 7,7 por ciento en Nueva York, a 52,53 dólares el barril, el precio más bajo desde abril.

Durante la jornada, desde la troika intentaron enviar mensajes para calmar a los mercados. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, dijo que el organismo “se mantiene listo para ayudar a Grecia si así se lo pide”. Desde la Comisión Europea sostuvieron que “la estabilidad del euro no está en cuestión”. En contraposición, las calificadoras de riesgo azuzaron el fantasma de una salida de Grecia de la Eurozona, lo que dependerá de nuevo fondeo al país heleno para gastos corrientes (salarios y jubilaciones). En tanto, para tapar la fuga de depósitos se extendió por una semana más (la segunda) el corralito bancario griego. Esto castigó a las acciones bancarias en todo Europa. Se destacaron la caída en la Bolsa italiana del Banco Monte dei Paschi, que retrocedió 10,6 por ciento, seguido de Banco Popolare, con una caída del 5,9 por ciento.