EL MUNDO › EL SACERDOTE DETENIDO LUCIO VALLEJO BALDA ACUSA A SU EX SOCIA DE TRABAJAR PARA LOS SERVICIOS SECRETOS

Seducción, mentiras y Vatileaks

En el documento-confesión, Vallejo Balda dice que Chaouqui lo “sedujo” en Florencia, hace un año, y se mostró arrepentido de su relación con ella. Ambos están siendo enjuiciados en el Vaticano por revelar información reservada.

 Por Elena Llorente

Desde Roma

La batalla entre los dos principales acusados por el Vatileaks 2, el sacerdote español del Opus Dei Lucio Vallejo Balda y la italiana experta en relaciones públicas Francesca Immacolata Chaouqui se hace encarnizada, como lo demuestra un texto y la réplica de Chaouqui publicados por el diario romano La Repubblica. Se trata de un resumen de los hechos –una suerte de confesión– escrito por Vallejo Balda el 8 de noviembre pasado y dirigido al que era su abogado en ese momento y que al parecer luego dejó de serlo. Lo que no se dice es cómo llegó ese material a manos del diario romano que lo publicó ayer, día en que debía reiniciar el proceso con los interrogatorios de los acusados, pero que fue postergado hasta el 7 de diciembre por pedido de la nueva abogada de Chaouqui.

En el documento-confesión Vallejo Balda dice que Chaouqui lo “sedujo” en Florencia, el 28 de diciembre de 2014, y, dando a entender que tuvieron relaciones sexuales, dice que luego se arrepintió y se avergonzó de lo que hizo con ella pero que le tenía miedo. Vallejo Balda y Chaouqui están siendo enjuiciados desde el 24 de noviembre en el Vaticano por sustraer y difundir documentos reservados. Junto a ellos están siendo procesados también un colaborador del sacerdote español, Nicola Maio, y dos periodistas italianos que con el material sustraído escribieron sendos libros, Gianluigi Nuzzi (Via Crucis) y Emiliano Fittipaldi (Avaricia). Vallejo Balda y Chaouqui eran miembros de la Cosea, la comisión de estudio de las estructuras económicas y administrativas de la Santa Sede creada en 2013 y que debía asesorar al papa Francisco en materia de cambios en el Vaticano.

El prelado español cuenta en su declaración además que ella le había dicho que pertenecía a los servicios secretos italianos, que su matrimonio con su actual marido –Corrado Lanino, experto en informática– era una cobertura inventada y que le mandó fotos de Corrado con otra mujer, diciendo que esa era su verdadera esposa. Cuando la Cosea terminó su trabajo, a mediados de 2014, ella esperaba encontrar un trabajo de prestigio dentro del Vaticano pero no fue así, contó el sacerdote. Muy disgustada se hizo “violenta, muy mala” y le escribía mensajes diciéndole “cretino, eres un cretino”. Por pedido de su marido Corrado, que lo llamó por teléfono diciéndole que ella lloraba todo el día, él acepto que él y ella lo ayudaran a completar el archivo de la Cosea. Chaouqui al parecer estaba muy bien relacionada dentro y fuera del Vaticano, se habla de que fue recomendada para la Cosea por un cardenal francés y que tenía muy buenas relaciones con Paolo Berlusconi (hermano de Silvio) y el ex primer ministro Gianni Letta.

Respecto de los periodistas, el cura dice que el encuentro lo organizó Chaouqui en marzo de 2015 y da a entender que se encontró con los dos periodistas y que por la insistencia de los hombres de prensa decidió entregarles los documentos menos comprometedores.

Chaouqui, que fue detenida como Vallejo Balda a principios de noviembre por orden de la Justicia vaticana y poco después fue dejada en libertad porque colaboró con las autoridades, negó todas o casi todas las acusaciones del sacerdote español. “A Vallejo Balda, tal como está hecho, no le da ningún placer ir a la cama conmigo y yo, conociendo millonarios y emires, si quisiera traicionar a mi marido no me metería con un viejo cura al cual no le gustan las mujeres”, dijo Chaouqui. “Estoy decidida a iniciarle juicio al abogado de Vallejo Balda por la loca fuga de noticias que está organizando”. Pero, aclaró: “Los dos libros permitirán conseguir algo: será el mundo quien le pedirá a Francisco que haga los cambios con más fuerza. Será el mundo quien lo legitime cuando la curia (vaticana, N. de R.) trate de detenerlo”. Y al salir de la sala del juicio ayer, donde estaban los cinco acusados, Chaouqui escribió en Facebook: “Ver a Vallejo Balda sonreír y no avergonzarse de las mentiras que ha escrito, me ha disgustado más que las mentiras mismas”.

En el vuelo de regreso a Roma que condujo ayer al Papa desde Africa, Francisco respondió a las preguntas de los periodistas sobre el Vatileaks2. Reconoció que fue “un error” haber elegido a Vallejo Balda y Chaouqui. Cuando terminaron su trabajo en la Cosea, contó el papa, Vallejo Balda quedó trabajando en el Vaticano pero Chaouqui no “y algunos dicen que ella se enojó mucho por eso”. Y refiriéndose al proceso en curso indicó que “los jueces nos dirán la verdad sobre las intenciones que tenían” para hacer lo que hicieron.

Ayer trascendió además que el nuevo abogado de Vallejo Balda había pedido a los jueces que lo están juzgando que su cliente fuera sometido a un control psiquiátrico. Pero la corte rechazó el pedido. El proceso continuará el 7 de diciembre y no se sabe por cuánto tiempo más. Todo lo contrario de lo que al parecer quería el papa Francisco, es decir que terminara antes de 8, día en que él inaugurará en la Basílica de San Pedro el Año de la Misericordia, abriendo la llamada Puerta Santa.

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El sacerdote español del Opus Dei Lucio Vallejo Balda está acusado de la filtración de documentos vaticanos.
Imagen: EFE
 
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