Martes, 1 de diciembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › ABRIó LA CUMBRE MUNDIAL DEL CLIMA EN PARíS CON 150 JEFES DE ESTADO Y EXPECTATIVAS DE UN COMPROMISO REAL
El presidente francés, François Hollande, inauguró la cumbre que deberá comprometer a los países, especialmente Estados Unidos y China, a reducir drásticamente las emisiones de carbono para mantener a un máximo de 2º sobre la temperatura preindustrial.
Con un dramático llamado a preservar la Tierra, la Conferencia sobre el Clima (COP21) se abrió ayer en París con más de 150 jefes de Estado y de gobierno presentes. El objetivo será negociar un acuerdo global contra el cambio climático capaz de asegurar una vida más saludable para las generaciones futuras. La cumbre es “una inmensa esperanza que no tenemos derecho a defraudar”, advirtió el presidente francés François Hollande al inaugurar el evento en Le Bourget. París acoge la 21ª Conferencia de las Partes dos semanas después de los atentados jihadistas, que mataron a 130 personas e hirieron a más de 600 en el este parisino. Precisamente en la inauguración, los líderes mundiales guardaron un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas. “Quiero manifestar el reconocimiento del pueblo francés por todas las muestras de amistad”, agradeció luego el presidente galo. Enseguida todos posaron para una foto y se disponían a tomar la palabra de forma individual en discursos limitados de tres minutos.
La COP21, que reúne a 195 países hasta el 11 de diciembre, buscará limitar a un máximo de 2 ºC el calentamiento del planeta con relación a la media de la era preindustrial en el siglo XIX. Por encima de ese límite, la Tierra sufrirá consecuencias catastróficas que volverían inhabitables muchas regiones en un mundo superpoblado, con ciclones, sequías, subida del nivel de los mares, caída de rendimientos agrícolas y la extinción de especies.
Según la ONU, los eventos extremos que comenzó a generar el cambio climático ya se cobraron en las últimas dos décadas 600 mil vidas, una media de 30 mil al año, y dejaron más de 4100 millones de damnificados. De momento, 183 países de 195 presentaron sus INDCs, es decir los compromisos nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático. China y los Estados Unidos pujan esta vez por un acuerdo (ver aparte). “Nunca lo que ha estado en juego en una reunión internacional fue tan importante”, dijo Hollande, y agregó que el acuerdo debe ser “universal, diferenciado y vinculante”.
La cumbre de Le Bourget, al norte de la capital francesa, se desarrolla bajo medidas extremas de seguridad y el estado de emergencia decretado tras los atentados jihadistas que dejaron 130 muertos en París el 13 de noviembre, los peores que sufrió Francia en su suelo desde la II Guerra Mundial. En ese contexto, más de 150 mandatarios, entre ellos Barack Obama (Estados Unidos), Xi Jinping (China), Angela Merkel (Alemania), Dilma Rousseff (Brasil) y Enrique Peña Nieto (México), manifestaron un mensaje de unidad contra el terrorismo y por el clima. “No opongo la lucha contra el terrorismo a la lucha contra el cambio climático. Son dos desafíos que debemos asumir. La acción contra el clima debe ser solidaria y ningún Estado debe sustraerse a sus compromisos”, subrayó Hollande.
El ministro peruano del Medio Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, inauguró de forma oficial la COP21. Poco antes se informó que 11 Estados de los más desarrollados realizarán una contribución conjunta de 248 millones de dólares a un fondo destinado a medidas de adaptación al cambio climático en los países más pobres. El principal contribuyente será Alemania, con 53 millones de dólares, y les seguirán Estados Unidos (51,175 millones), Reino Unido (45,1 millones), Francia (26,5 millones), Canadá (22,4 millones), Dinamarca (22,1 millones) y Suecia (11,5 millones), entre otros países.
La secretaria de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc), Christiana Figueres, afirmó que “París, la ciudad de la luz, debe ser el lugar del mundo donde los países se fundan en uno y demuestren que la solidaridad internacional es posible, respetando el pasado, el presente y el futuro de cada uno”. La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, reclamó en su ponencia que el acuerdo contemple la necesidad de alcanzar una “justicia climática” y recordó que su país, a pesar de ser un “emisor marginal” de gases de efecto invernadero, padece los fenómenos extremos que el calentamiento global está generando, mencionando las inundaciones en el norte de Chile en abril pasado, cuando en un día llovió lo que en 14 años y que casi simultáneamente en la península antártica se alcanzó los 17,5 ºC, la temperatura más alta jamás registrada. A continuación, el presidente ecuatoriano Rafael Correa propuso “crear una Corte Internacional de Justicia Ambiental, para sancionar los atentados contra la naturaleza”.
Tras apostar por un acuerdo “jurídicamente vinculante”, la presidenta de Brasil Dilma Rousseff señaló que el encuentro también tiene que buscar “contribuir al desarrollo mundial, con ayuda a los países en vías de desarrollo y teniendo en cuenta a los países más vulnerables”. A la lucha contra la deforestación ilegal, Brasil sumará el incremento del peso de las renovables, que espera que sean un 45 por ciento del total en 2030.
Mientras el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instaba a los representantes de los 195 países a “escoger el camino del compromiso y si es necesario de la flexibilidad”, el primer ministro indio, Narendra Modi, en una nota del Financial Times, deseó que la COP21 “refleje un compromiso colectivo mundial con las responsabilidades y las capacidades (de los países) en un lado de la balanza, y las aspiraciones y necesidades, en el otro”. Modi consideró que la reunión internacional “debería reconocer que, mientras algunos pueden escoger entre estilos de vida y tecnologías, otros lo hacen entre privaciones y esperanzas”.
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