Lunes, 28 de diciembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › ENTREVISTA A MIGUEL ROSSETTO, MINISTRO DE TRABAJO DE BRASIL Y UNO DE LOS HOMBRES MáS CERCANOS A DILMA
Este año el ministro Rossetto fue pieza importante en la aproximación del gobierno a los sindicatos y movimientos sociales. El dirigente del PT reflexiona sobre las maniobras opositoras y destaca el nuevo rumbo económico.
Por Darío Pignotti
Página/12 En Brasil
Desde Brasilia
Con la premisa de reducir el gasto público y conquistar la confianza del mercado el ex ministro de Hacienda, Joaquim Levy, implementó un plan de ajuste que en 11 meses hizo trepar la desocupación al 8,9 por ciento. La inflación se disparó al 10,7 por ciento, afectando el consumo popular, y el Producto Bruto de la mayor economía latinoamericana cayó el 3,6 por ciento. Son números letales para la presidenta Dilma Rousseff, cuya la popularidad se redujo al 10 por ciento.
Afortunadamente para el gobierno del PT, partido fundado en 1980 por el sindicalista Luiz Inácio Lula da Silva, Joaquim Levy dejó el cargo hace 10 días cuando se analizaba una serie de “reformas” (o “contra-reformas”) como la precarización laboral y la desestatización de Petrobras.
Luego de la salida de Levy, lamentada por los bancos, esta semana se conocerán más detalles del nuevo rumbo económico, ahora con acento desarrollista sin archivar la disciplina fiscal, en el que será prioritaria “la redistribución de la renta y el crecimiento” que se apoyará en un entendimiento entre gobierno, sindicatos y patrones, dijo el ministro de Trabajo Miguel Rossetto.
–¿Cómo resumiría ese pacto en ciernes?
–Lo veo como un proyecto importante que muestra la voluntad política de las centrales sindicales y empresariales que se articulan para una agenda de crecimiento y desarrollo del país. Es una propuesta que encaja bien con el Foro del Trabajo y la Previsión Social que fue creado por el gobierno. Estamos hablando de muchos asuntos como que haya más disponibilidad de crédito para la producción. En ese contexto debemos valorar el aumento de la renta de los trabajadores a través de la suba del salario mínimo que a partir del primero de enero pasará de 788 los 871 reales (218 dólares), aumento que beneficia a más de 46 millones de brasileños. Esto es muy importante porque el mercado interno es el gran responsable de inyectar dinamismo a la economía nacional. Por lo tanto, hay voluntad política de distribuir renta para crecer, para ampliar la inclusión social, mejorar la productividad. La idea fuerza es que los brasileños, somos capaces de salir adelante.
–¿La dimisión del ministro Levy representa el fin de la política económica ortodoxa?
–Me parece que no se debe simplificar sobre lo que sucedió en la economía durante estos meses, ahora lo que importa es mirar hacia 2016 a partir de las instrucciones dadas por la presidenta Dilma para recuperar el crecimiento con distribución de renta. Tener un crecimiento que sea capaz de financiar los grandes programas de inclusión social para el pueblo brasileño y para que haya distribución de la renta. Estamos viviendo una situación económica internacional distinta a la de años atrás, que nos obliga a enfrentar restricciones, pero al mismo tiempo existe confianza en la capacidad de recuperar el crecimiento después de un 2015 que tuvo una caída muy fuerte del Producto Bruto, fuerte aumento del desempleo y la inflación. Este fue un año de travesía.
–¿Cuál es el modelo de desa- rrollo del gobierno?
–Creo que se lo puede definir a través de la práctica, considerando varias alternativas económicas que vamos a aplicar. Me parece importante señalar que Brasil tiene el séptimo Producto Bruto del mundo, tiene una industria diversificada y fuerte, una capacidad de producción agrícola fuerte, una red de servicios amplia, una estructura de financiamiento sólida. Y algo que es muy importante: Brasil tiene un enorme espacio para el crecimiento de sus obras de infraestructura que es necesaria para el desarrollo.
–Luego del escándalo de corrupción en perjuicio de Petrobras, la nueva dirección de la empresa recortó inversiones y anunció la venta de activos. ¿Que papel tendrá la petrolera en la reactivación?
–Petrobras es muy importante, todo el sector de petróleo y gas tendrá un papel importante en la retomada del crecimiento del país que vive una recesión seria. En lo que respecta a Petrobras, debemos decir que enfrentamos dos situaciones que afectaron las inversiones.
En primer lugar debido a la causa Lava Jato (proceso contra grandes constructoras privadas, políticos y directivos de la petrolera) esto hizo que empresas privadas importantes dejen de hacer inversiones en la industria petrolera. Por eso la presidenta acaba de sancionar un decreto que permite a las empresas condenadas o procesadas por corrupción a volver a firmar contratos com Petrobras a condición de que resarzan a la compañía y ofrezcan detalles de los ilícitos. Este decreto es importante porque si bien es necesario que los que cometieron delitos sean severamente castigados, esto no debe afectar a las empresas, repito a las empresas. Porque en ellas trabajan muchos empleados y porque gran parte del conocimiento de ingeniería está en esas empresas.
–El otro elemento que perjudicó a Petrobras fue la baja del precio del petróleo a nivel internacional...
–Nuestra expectativa es que en 2016 se retome la capacidad de inversiones al sector petrolero unida a más volumen de crédito para la construcción civil, para los bienes de capital y para el mercado interno.
Adicto al chimarrao (mate a la brasileña), Miguel Rossetto es uno de los ministros más cercanos a Dilma Rousseff, cuya campaña por la reelección coordinó en 2014. Este año Rossetto fue pieza importante en la aproximación del gobierno con los sindicatos y movimientos sociales que hace dos semanas movilizaron decenas de miles de militantes contra el “impeachment”.
–¿Cuál es su balance de esa manifestación?
–Creo que tuvo una importancia decisiva en la defensa de la democracia. Hemos visto en las calles de las ciudades importantes a varios grupos de la sociedad civil, de los movimientos sociales, a varios líderes sociales con buena capacidad de convocatoria. Esto fue posible porque la gente comprendió que lo que importa ahora no es dar el apoyo al gobierno, lo que importa es defender la democracia y la Constitución. Estas marchas fueron una victoria de la conciencia democrática frente a las aventuras golpistas de Eduardo Cunha (presidente de la Cámara baja) y el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB, opositor). El ex presidente Fernando Henrique Cardoso y otros hombres del PSDB son los líderes estratégicos de esta aventura.
–Cardoso y el ex candidato presidencial socialdemócrata Aécio Neves dicen que el impeachment no es golpe.
–Claro que es golpe porque se lo utiliza de forma aviesa en una aventura antidemocrática donde se han unido dirigentes importantes del PSDB junto a personajes menores de la política. El PSDB tiene que entender de una vez por todas que fueron derrotados por Dilma y el PT en las elecciones de 2014, y que la agenda desestabilizadora es algo que no le interesa al país. Lo que Brasil necesita es estabilidad.
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