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Por David Usborne * Desde Des Moines, Iowa

Hillary Clinton se vio obligada a cambiar de táctica y abrazar agresivamente la línea del presidente Barack Obama en respuesta a la campaña cada vez más exitosa de su rival demócrata autoproclamado socialista, el senador Bernie Sanders. Su estrategia sugiere que Sanders amenaza lo que su campaña esperaba que serían victorias sencillas en Iowa y New Hampshire, los dos primeros estados de las primarias para decidir el nominado para la Casa Blanca. Aunque a nivel nacional las encuestas la dan por encima de Sanders, él está cabeza a cabeza con ella en Iowa, donde se inicia la lucha por la nominación dentro de dos semanas. Y en New Hampshire, pegado a Vermont de donde es senador, él puede tener una pequeña ventaja.

Los asesores de Hillary esperan que su nueva táctica se gane el cariño de los demócratas tradicionales y el de los votantes más jóvenes en Iowa. En un vívido despliegue en el último debate entre los aspirantes demócratas antes de los caucus de Iowa –las primarias en New Hampshire seguirán una semana más tarde– la noche del domingo en Charleston, Carolina del Sur. Sanders arremetió contra Clinton en una serie de temas, en particular lo que él llamó su demasiado cómoda relación con Wall Street.

Clinton es perseguida por los recuerdos de 2008, cuando Obama la sorprendió en Iowa, ganando los caucuses del estado ese año. Aunque más tarde perdió contra ella en New Hampshire, el daño ya estaba hecho. Su decisión de jugar la carta de la continuidad, prometiendo construir sobre la base establecida por Obama, conlleva riesgos. Ella lo está haciendo en un año en que los votantes de ambos partidos están mostrando un apetito por cualquier cosa menos el statu quo –motivo de la explosión por los republicanos de Donald Trump–. Y si ella se convierte en la candidata, seguramente será una carnada fácil para la oposición, que saborea basurear al presidente.

Por todo eso, ella fue tras el plan del senador Sanders de introducir la atención médica gratuita para todos en Estados Unidos. Insistió en que eso significaría “hacer pedazos” la Ley de Salud Accesible u Obamacare: “Este es uno de los mayores logros del presidente Obama, del Partido Demócrata y nuestro país y ya hemos visto cómo 19 millones de estadounidenses reciben un seguro”.

Los dos candidatos se combinaron para dar a los demócratas en los primeros estados primarios una elección bastante clara, entre un candidato que ofrece un cambio modesto y un pragmatismo calculado y otro tildado de populista. “Esta campaña es una revolución política”, dijo Sanders: “No sólo para elegir al presidente, sino para transformar este país” Afirmó que el sistema –incluyendo el Congreso de Estados Unidos– fue corrompido por grandes fortunas, los bancos y los grupos de presión.

“El Congreso es propiedad de las grandes fortunas y se niega a hacer lo que el pueblo estadounidense quiere que haga”, criticó Sanders. “El verdadero problema es que el Congreso defrauda a los votantes.” A lo que se niegan los legisladores es a elevar la edad mínima, arreglar la decrépita infraestructura del país y garantizar igualdad de salario para las mujeres. Sanders repitió que no recibe dinero ni de los bancos ni de los multimillonarios.

En un debate que fue más espinoso que los anteriores, Sanders dijo que Hillary no sólo había recibido donaciones de campaña de Goldman Sachs, que recientemente tuvo que pagar una multa de 5 millones de dólares por mal desempeño, sino también 600.000 dólares en honorarios por dar conferencias en un solo año. Incapaz de responder a la acusación, ella se apoyó nuevamente en Obama y dijo: “Los comentarios del senador Sanders no me afectan, puedo tomar eso, pero es una crítica al presidente Obama por recibir donaciones de Wall Street. Y el presidente Obama lideró nuestro país por lo que voy a defenderlo por enfrentar a Wall Street, a la industria financiera, y obtener resultados”.

En cuanto a su sugerencia de que Sanders tenía la intención de romper el Obamacare, él respondió “qué disparate”. Sin embargo, se vio obligado a conceder que su plan para brindar asistencia sanitaria “para cada hombre, mujer y niño como un derecho”, esencialmente extendiendo los existentes programas financiados con fondos federales de Medicare y Medicaid para los jubilados y los pobres, a todos los estadounidenses, se necesitaría aumentar un poco los impuestos. una propuesta política extremadamente difícil, incluso si es cierto que la eliminación de las primas de seguros privados lo compensaría.

En el caso de que ella no pueda imponerse en Iowa y New Hampshire, Hillary Clinton está también apostando a que vistiendo el manto de Obama se hará querer por los votantes afroamericanos, que pueden resultar un baluarte fundamental cuando la acción ocurra en Carolina del Sur, que celebrará su primarias demócratas a mediados de febrero, y varios otros estados del Sur profundo qué votarán todos a la vez el 1º de marzo.

En el debate del domingo los moderadores de NBC News le preguntaron a Sanders que explicara cómo iba a compensar lo que parece ser un enorme déficit entre los votantes de las minorías, afroamericanos e hispanos.

“Cuando la comunidad afroamericana se familiarice con mis antecedentes en el Congreso, con nuestra agenda y con nuestras opiniones sobre la economía y la justicia penal, así como la población en general nos apoye más, también lo harán la comunidad afroamericana y la latina”, afirmó Sanders.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.