El primer ministro de Francia, Manuel Valls, se declaró partidario de que se prohíba a las musulmanas llevar velo en la universidad, tal como sucede en las escuelas. “Hay que ser inflexible en la aplicación de las reglas de laicidad en la enseñanza superior”, dijo el funcionario en una entrevista que dio al diario Libération.

En Francia el velo no puede llevarse en colegios primarios ni secundarios. Preguntado si también debe prohibirse su uso en la universidad, Valls dijo que “habrá que hacerlo, pero hay reglas constitucionales que dificultan esa prohibición”. Señaló, además, que el velo islámico “político, reivindicado como tal, escondiendo a la mujer, persigue negarla. ¿Cómo ignorar que las mujeres sufren en los barrios populares una presión cultural hecha de sexismo y de machismo?”, se preguntó. Al mismo tiempo, el primer ministro afirmó la necesidad de proteger “a los compatriotas de confesión o de cultura musulmana de la estigmatización, de los actos antimusulmanes”. También hay que protegerlos, sostuvo, “de la ideología salafista”, que hace unos días, en un debate, consideró que estaba ganando la batalla cultural en el seno del islam, aunque apenas representan el uno por ciento de los que viven en el país. “Hay que ayudar a los musulmanes de Francia a tener esa fuerza colectiva contra esa ideología islamista que quiere gobernar la vida social y política”, consideró. En un país con más de cinco millones de musulmanes, el uso del velo, el burka o el niqab es blanco de debates permanentes. Estudiantes de secundario fueron suspendidas de centros educativos por llevar velo y algunos profesores se negaron a dar clases a universitarias que tenían cubiertas sus cabezas.

El gobierno de François Hollande recientemente dio marcha atrás con la idea de modificar la Constitución para retirar la nacionalidad francesa a los condenados por terrorismo que tuvieran un segundo pasaporte. La popularidad tanto de Hollande como de Valls bajó a cifras records.