Página/12 En Perú

Una gran banderola en la que se lee “Unidos por Justicia y Democracia. Keiko no va. Fujimori nunca más”, llena el estrado levantado en la céntrica Plaza Dos de Mayo, donde, luego de movilizarse por las principales calles del centro de la capital peruana por más de dos horas, se concentraron unas 100 mil personas para manifestarse en rechazo a la candidatura presidencial de Keiko Fujimori. La jornada del martes en la noche estuvo marcada por las consignas contra el fujimorismo y a favor de la democracia. Ha sido la mayor movilización desde las manifestaciones ciudadanas de protesta contra la dictadura de Alberto Fujimori, padre y mentor político de Keiko, que culminaron con la caída de la dictadura fujimorista el año 2000. Las movilizaciones se repitieron en varias ciudades del interior del país. Este domingo, Keiko Fujimori y el economista neoliberal Pedro Pablo Kuczynski compiten por la presidencia. Las encuestas dan a Fujimori como favorita para el ballottage.

“Ni blanco, ni viciado, no al narcoestado”, era una de las consignas más escuchadas en la movilización contra Keiko Fujimori. Era una apelación a ese sector de ciudadanos que rechazan a Fujimori pero declaran que votarán en blanco o viciado por sus diferencias con el programa neoliberal de PPK, como se le conoce a Kuczynski. Quienes coreaban esa y otras consignas pidiendo el voto por PPK no estaban movidos, en su gran mayoría, por sus simpatías con el candidato neoliberal, sino por su rechazo a la candidatura de Keiko Fujimori y el peligro del retorno del autoritarismo fujimorista. Según una reciente encuesta, quienes votarían blanco o viciado llegan hasta el 12 por ciento, un porcentaje que puede hacer la diferencia entre el triunfo o la derrota de Keiko. Los indecisos suman otro siete por ciento.

“No me gusta PPK, estoy en contra de su neoliberalismo, pero en esta elección no nos queda otra que votar por él, porque si no lo hacemos gana la “china” (Keiko) y no podemos permitir el regreso de la dictadura y sus crímenes”, nos dice José, joven estudiante universitario, que marcha con un cartel con la inscripción “No al narcoestado. No a Keiko”.

“Voto crítico por PPK. No al narcoestado”, se leía en una inmensa banderola colgada al lado de unas de las calles por donde pasó la marcha. Las repetidas referencias a un narcoestado en un eventual gobierno de Keiko Fujimori parten de los vínculos del secretario general del partido fujimoristas, de los financistas de su campaña y de varios de sus congresistas electos con el narcotráfico.

Las consignas y los mensajes en las banderolas también hacían referencia a la corrupción y a las violaciones a los derechos humanos durante el régimen fujimorista. Un grupo de mujeres recordaba las esterilizaciones forzadas de unas 300 mil mujeres indígenas practicadas por el gobierno fujimorista. En la fachada de un edificio por donde pasaba la marcha se proyectaban las históricas imágenes del juicio a Alberto Fujimori, condenado a 25 años por violaciones a los derechos humanos y corrupción.

Los primeros manifestantes ingresaron, después de una caminata de más de dos horas, a la Plaza Dos de Mayo gritando “un pueblo consciente, no elige delincuentes”, “un pueblo con cultura, no elige dictadura” y otras consignas. Cuando comenzó el mitin, la plaza estaba abarrotada, como muy pocas veces se ha visto.

El riesgo, cada vez más presente, del regreso del fujimorismo al poder ha impulsado a la gente a las calles. Y ha unido a distintos sectores políticos, desde la izquierda hasta la derecha neoliberal, gremios sindicales, movimientos sociales, estudiantes, organismos de derechos humanos, intelectuales, artistas, que se unieron en esta movilización. Una unidad difícil de imaginar hasta hace muy poco.

No fue Kuczynski, como se había anunciado en un inicio. Fue el gran ausente. Luego explicó que no quería estar en una marcha que rechaza la candidatura de su contrincante, pero aclaró que apoyaba la movilización. Quienes sí estuvieron fueron varios de los congresistas electos de su partido.

El discurso más esperado, y el más aplaudido, de la larga lista de oradores, fue el de Verónika Mendoza, la ex candidata presidencial del Frente Amplio, tercera en las elecciones de abril con 19 por ciento, que el lunes llamó a votar por PPK para cerrarle el paso al fujimorismo. Pidió no olvidar “el robo de miles de millones, los asesinatos, las torturas, las esterilizaciones forzadas, la compra de la prensa y de congresistas” ocurridos durante el gobierno fujimorista. “Pero no es solo el pasado -precisó- es también el presente”, y siguió con una larga lista de vínculos del entorno más cercano de Keiko con la corrupción, lavado de dinero y el narcotráfico. “No queremos para nuestros hijos un país donde robar, mentir y matar sea algo normal. Pero eso decimos Keiko no va”, remató.

La multitud comenzó a gritar “sube, sube PPK”, cuando habló Gilbert Violeta, congresista electo por PPK, quien agradeció el apoyo, a pesar de las diferencias. “Nosotros nos comprometemos con la democracia, con un gobierno sin dictadura, sin violaciones a los derechos humanos”, dijo.

Está por verse si esta multitudinaria movilización contra Keiko, y por extensión a favor de PPK, y el apoyo recibido desde distintos sectores políticos y sociales por el candidato neoliberal, logran hacer subir, como coreaba la multitud, a un candidato opaco que por sí solo no parece capaz de derrotar a Keiko Fujimori.

“Es una tarea difícil, pero tenemos información que nos indica que la diferencia a favor de Keiko se está reduciendo en estos días y estamos optimistas que podemos revertir las cosas y ganar”, le declaró a Página/12 Martín Vizcarra, candidato a la vicepresidencia en la fórmula de Kuczynski.