EL MUNDO › LOS REFORMISTAS DE IRAN AMENAZAN CON BOICOTS
Guardianes del poder de Alí
El Consejo Guardián designado por el líder espiritual Alí Jamenei prohibió a cientos de reformistas que estén en la lista electoral.
Por Angus McDowall *
Una crisis política se cocina en Irán luego de que a cientos de candidatos reformistas les prohibieron presentarse en las elecciones del mes próximo. El presidente Mohamed Jatami dijo que entablará acciones legales para disputar la decisión del Consejo Guardián, que excluyó a los reformistas de las listas de candidatos. Estos últimos, que actualmente dominan el Parlamento, ahora están considerando boicotear los comicios en protesta por la medida. “Si esta situación continúa, las condiciones para votar no existirán y la gente no estará preparada para hacerlo. Naturalmente, terminaremos en un boicot de las elecciones nacionales”, dijo Mohammad Reza Jatami, hermano del presidente y jefe del partido político más grande de Irán, el Frente Islámico de Participación de Irán.
Ayer, los legisladores reformistas abandonaron el Parlamento para protestar contra la decisión y algunos están planeando ocupar el edificio. Todavía no se conoce el número exacto de los candidatos descalificados porque éstos son informados individualmente. También tendrán la chance de apelar la medida ante el líder supremo, Alí Jamenei, así que es probable que las listas electorales definitivas recién sean aprobadas dentro de varias semanas.
Entre los políticos prominentes excluidos figuran Fatimeh Haqiqatjou, Flahe Koulaiaiee y Behzad Nabavi, recientemente elegido para dirigir el comité de campaña de los reformistas. Ibrahim Yazdi, actual secretario general del Movimiento por la Libertad de Irán y ex ministro de Relaciones Exteriores, dijo que es hora de que los reformistas tomen medidas contra esta obstrucción conservadora. “Creo que el presidente Jatami debe plantarse con firmeza y defender lo que ha dicho. Si las descalificaciones son ilegales, él podría persuadir a los reformistas para que tomen medidas más concretas. Esto podría influenciar la legitimidad del próximo Parlamento y hacer que la derecha lo piense dos veces”, declaró ayer.
Las descalificaciones no sorprendieron a nadie. El consejo conservador integrado por 17 juristas islámicos, designados por el líder supremo, tiene varias razones para lanzar una ofensiva en medio de la campaña electoral. Esta decisión, que se tomó para tranquilizar a la comunidad internacional preocupada por el programa nuclear iraní, enfureció a un sector clave de la derecha de este país. Este sector se enojó aún más luego de que el gobierno resolviera mejorar las relaciones con Egipto cambiando el nombre de una calle por el del presidente asesinado Anwar Sadat. La semana pasada, el grupo de ultraderecha Ansar-e Hezbolá distribuyó un petitorio donde denunció a la municipalidad de Teherán por cambiar el nombre de la calle Khaled Islambouli para complacer a los reformistas.
El Consejo Guardián también está ansioso por que Jatami entre en el centro del debate, donde se lo obligará a defender a cada uno de los legisladores que han sido atacados. De lo contrario, perderá lo que queda de su apoyo popular. Hace poco, el presidente afirmó que iba a defender los derechos electorales y que hacía tiempo que trataba de achicar las facultades del consejo para vetar candidatos. Facultades que han sido utilizadas en numerosas oportunidades desde las elecciones parlamentarias de 1992.
Los reformistas alegan que la Constitución no le da poderes explícitos al Consejo para descalificar candidatos sin razones concretas. De todas formas, el Consejo asegura que sus facultades para interpretar la Carta Magna le permiten tomar decisiones basadas en sus propias percepciones sobre el peligro, que incluyen la creencia de que los candidatos que hasta ahora se han mostrado pacíficos en el futuro podrían ser una amenaza. Un proyecto de ley que propone limitar los poderes del Consejo Guardián fue aprobado entusiastamente por el Parlamento el año pasado, pero enseguida fue vetado por mismo cuerpo al que quería debilitar. Luego de este fracaso, algunos reformistas pidieron la renuncia de Jatami. Frente a la apatía del electorado, los conservadores creen que tienen una gran oportunidad para volver a controlar el Parlamento en febrero. Estos pueden contar con el voto del 15 por ciento del electorado, una cifra que el año pasado probó ser suficiente para ganarles a los reformistas la municipalidad de Teherán.
Es probable que la decisión del Consejo suba la temperatura del debate que ahora agita los círculos reformistas. Allí se discute si en febrero se abrirá una larga lista electoral o si directamente se boicotearán las elecciones. Los analistas dicen que el gran número de candidatos descalificados podría deberse a que los conservadores buscan profundizar la interna que actualmente atraviesa el ala reformista.
* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Milagros Belgrano.