EL PAíS › LAVAGNA, SOBRE LA REUNION DE KIRCHNER
CON EL DIRECTOR DEL FONDO MONETARIO
“A Köhler le explicaremos las presiones”
Lavagna también confirmó la primicia ofrecida el sábado por este diario, según la que no hay mengua en la propuesta oficial de hacer una quita del 75 por ciento a los acreedores privados. También reconoció que “hubo un intento de cambiar la carta” firmada entre la Argentina y el FMI.
Por Fernando Cibeira
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, ratificó que la Argentina no modificará su acuerdo con el FMI y que la aceptación de las metas anunciada el viernes por el organismo no significó compromisos adicionales. “No hay cambios ni una carta secreta”, aseguró en el restaurante del Hotel Quinta Real –ambiente colonial, piano de fondo–, en donde se aloja la delegación argentina. Lo dijo un día antes de reunirse junto al presidente Néstor Kirchner con el titular del FMI, Horst Köhler, la primera cita importante previa a la Cumbre de las Américas que comenzará hoy a las 17.30 en el Parque Fundidora de Monterrey, México.
–¿Va a ganar por nocaut? –le preguntaron.
–No creo –respondió Lavagna.
–¿Le va a meter algún gol, entonces?
–No, miren. Hubo un tiempo en el que jugaba al tenis pero ahora ni siquiera –concluyó el ministro, hincha de Independiente pero poco amigo de las metáforas deportivas.
Lo cierto es que, tal como informó en exclusiva Página/12 el sábado, el equipo de Lavagna había evaluado la idea de una postura más flexible respecto de las recomendaciones que recibía Argentina para que mejorara su propuesta de reestructuración de la deuda con los bonistas privados. Luego, también, reconoció los buenos oficios de Estados Unidos para que el FMI acepte al fin declarar cumplidas las metas del acuerdo. Pero rápidamente se adaptó al discurso K de mantenerse inalterable ante las pretensiones del Norte acreedor ni reconocer favores foráneos.
Ayer, en su desembarco en México, el ministro reiteró que la propuesta de quita del 75 por ciento para los acreedores privados es inmodificable. También el sábado, este diario adelantó que esa cifra continuaba siendo la propuesta de la Presidencia. También aclaró que el visto bueno de Köhler no tuvo como contrapartida un ajuste de tuercas para las cuentas argentinas. La aclaración era pertinente: en el comunicado oficial del viernes, el Fondo hablaba de “los progresos alcanzados” y mencionaba una carta de intención, lo que hacía pensar en eventuales modificaciones al trabajoso acuerdo que Argentina y el organismo suscribieron en septiembre pasado. “No hay una coma de cambio”, remarcó el ministro.
La clave en la aceptación del Fondo del 3 por ciento de superávit para este año, subrayó Lavagna, pasa por el “cambio de paradigma” que se registra actualmente en el trato con los organismos de crédito y el que se daba en los ‘90. “Antes se hacían salvatajes. Ahora el Fondo no sólo no presta plata, sino que cobra”, explicó.
Lo que sí, Lavagna volvió una y otra vez sobre las presiones sufridas en los últimos días. “Que hubo un intento de cambiar la carta, no tengo ninguna duda”, sostuvo. También adelantó que en el encuentro que mantendrán con Köhler, el Presidente “va a explicar las presiones que está recibiendo”. Según el ministro, el titular del Fondo también utilizará el encuentro para ponerlos al tanto de las presiones que recibe él, se supone que de parte de los gobiernos europeos con bonistas en default. Si resulta así, el encuentro será a puro lamento.
ALCA er
Tanto insistió Estados Unidos que al fin el documento final de la Cumbre incluirá un párrafo referido al ALCA, su preciada criatura, muy golpeada en las últimas reuniones hemisféricas. Brasil había sido un tenaz opositor a que en esta reunión extraordinaria de la Cumbre se tratara el ALCA y fue el país que más impulsó la agenda “social” del encuentro. Sin embargo, la presión made in USA pudo más.
El párrafo 11 del borrador de la “Declaración de Nueva León” que circulaba ayer destacaba los avances alcanzados hasta ahora en la conformación de la zona de libre comercio en el continente y recuerda la meta de su puesta en marcha para el 2005. “No vamos a discutir de vuelta el ALCA en Monterrey, ya lo discutimos en Miami”, afirmó ayer Lavagna. Para el ministro la referencia no tiene ninguna importancia porque es más de lo mismo. Argentina no se mueve del apoyo al ALCA versión “light”, tal como lo acordó con Brasil en noviembre pasado, en Miami.
“Lo quieren ratificar por razones de política interna. ¿O no saben que hay elecciones en Estados Unidos?”, explicaba Lavagna. Uno de los motivos de orgullo del gobierno será que Estados Unidos incluyó en el documento final una propuesta de salvataje para países con problemas de deuda que tiene sello argentino: los bonos que se pagan en relación porcentaje del crecimiento de la economía. Un bono así integra la propuesta argentina de reestructuración.
Ante Köhler, Kirchner y Lavagna buscarán dejar sentado el criterio de “bolsillo único” que establecieron en el acuerdo con el Fondo. Esto es, si Argentina se mantiene al día en los pagos con los organismos internacionales de crédito no le queda resto para mejorar su oferta a los bonistas privados. Las posibilidades de cobro, insistirá el Presidente y el ministro, sólo crecerán si permiten que la economía crezca. Si ya comienzan a ahogarla con pedidos de un mayor superávit para incrementar los pagos, terminarán perdiendo todos.
Por eso, se esperanzaba el ministro, de buen humor mientras se preparaba para el almuerzo, en la reunión con Köhler se va a hablar de lo que vendrá, no de lo que ya se acordó. “El temario está abierto, pero lo lógico es que hablemos de lo que queda por delante”, sostuvo.