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Suiza ayer exasperó a la Unión Europea (UE) e Italia tras la votación en el cantón ítaloparlante del Tesino a favor de limitar el número de trabajadores extranjeros en su territorio.

Esta cuestión es seguida de cerca en Suiza, que no pertenece a la Unión Europea (UE), en Bruselas y también en Reino Unido, por el Brexit y la futura relación de Londres buscará negociar con la UE. Bruselas prevé mantenerse firme en este caso del Tesino. “Las libertades fundamentales del mercado interior (de bienes, personas, servicios y capitales) son inseparables, y en el contexto suizo esto quiere decir que la libre circulación de personas es fundamental”, declaró ayer Margaritis Schinas, portavoz de la Comisión Europea.

Los italianos, que en gran número franquean a diario la frontera para trabajar en el cantón del Tesino, reaccionaron. El presidente de Lombardía (norte de Italia), Roberto Maroni, prometió estudiar “contramedidas adecuadas”, ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores anunció que los cancilleres de ambos países hablaron por teléfono respecto de este referéndum y que en la comunicación el ministro de Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, insistió en que “cualquier discriminación hacia nuestros fronterizos sería un obstáculo para la armonía entre la UE y Suiza”.

El canciller suizo, Didier Burkhalter, “confirmó que el referéndum no tendría consecuencias inmediatas para los trabajadores fronterizos italianos”.