EL MUNDO › RENUNCIó MEDIA COMISIóN EJECUTIVA DEL PSOE POR DIFERENCIAS CON SáNCHEZ

Grave crisis en el socialismo español

Felipe González, ex presidente y uno de los líderes históricos del PSOE, dijo sentirse “engañado” por Sánchez y esto profundizó la crisis del partido, inmerso en una disputa sobre si intentar formar gobierno o pasar a la oposición.

El líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, resiste aferrado a su cargo tras sufrir ayer un golpe interno gestado por sus críticos, quienes pretendían desbancarlo para evitar su plan de celebrar primarias, en busca del aval de los militantes socialistas a su estrategia de formar un gobierno alternativo a los conservadores en España.

“El líder del PSOE sigue siendo el que han elegido los militantes del PSOE: Pedro Sánchez”, afirmó, contundente, el secretario de Organización socialista, César Luena, luego de la dimisión en bloque de la mitad más uno (17) de los miembros de la Comisión Ejecutiva Federal socialista.

Con la renuncia masiva –que se precipito al recrudecer la lucha fratricida en el PSOE luego de un choque entre el ex presidente Felipe González y Sánchez– los adversarios del actual líder socialista pretendían que se disolviera el órgano gestor del partido, incluido el cargo de secretario general, y que una gestora tomara el control.

Sin embargo, Luena explicó no se disuelve este órgano de dirección sino que se reunirán a la brevedad, sin los miembros que dimitieron, para convocar un Comité Federal que, como establecen los Estatutos del PSOE, deberá convocar un Congreso Extraordinario.

“En definitiva, llegamos a la convocatoria de un Congreso Federal, para que voten los militantes, como viene defendiendo la Direción Ejecutiva”, remarcó el “numero dos” de Sánchez.

“No caben atajos, ni artimañas, ni golpes”, aseguró Luena, mientras el secretario de Territorio, el andaluz Antonio Pradas, uno de los que dimitieron, remarcó que la Ejecutiva “ya está disuelta”. “Ningún compañero tiene legitimidad para tomar decisiones”, sostuvo este político afín a la presidenta regional Susana Díaz, principal rival de Sánchez.

La jornada comenzó convulsa para los socialistas a raíz de unas declaraciones de Felipe González, quien dijo que se sentía “engañado” por Sánchez y que éste debía dimitir, profundizando la crisis en la histórica fuerza española en medio de una creciente disputa sobre si intentar formar gobierno o pasar a la oposición.

“Felipe González está en el bando de la abstención, yo estoy en el ‘no’ y en crear un gobierno alternativo. Me gustaría saber en qué bando está Susana Díaz”, respondió desafiante Sánchez, implicando en la disputa a la presidenta de Andalucía.

Sánchez provocó gran división en el PSOE al anunciar planes para intentar formar un gobierno alternativo al del actual presidente en funciones, el conservador Mariano Rajoy, cuyo Partido Popular (PP) ganó dos elecciones este año pero no pudo formar gobierno por carecer de una mayoría suficiente en el Parlamento.

Cuestionado internamente en su liderazgo después de la debacle de los socialistas en las elecciones regionales de Galicia y Andalucía, donde fueron superados por Podemos, Sánchez propuso celebrar primarias el 23 de octubre y un Congreso para definir las líneas a seguir, ante la presión de los que abogaban por la abstención ante Rajoy.

Al sumar ayer su voz al debate, González, una respetada figura dentro del PSOE, partido que lideró durante más de veinte años, aseguró que Sánchez debía renunciar si el comité federal partidario rechazaba el sábado su plan de formar un gobierno alternativo a los conservadores.

“Sánchez me dijo que se abstendría en segunda votación (...) me siento frustrado, como si me hubieran engañado”, afirmó González en entrevista con la radio Cadena Ser desde Chile.

El ex mandatario explicó que se reunió con el actual líder socialista después de las elecciones del 26 de junio y que éste le comunicó que pasaría a la oposición y no intentaría ningún gobierno alternativo, que votaría contra la investidura el PP en primera votación pero que en la segunda se abstendría para no impedir la formación de gobierno.

Esa posición, que González defiende públicamente desde hace tiempo, hubiese puesto fin a un inédito bloqueo político que ya dura nueve meses, por la incapacidad de los principales partidos para llegar a un acuerdo de gobierno tras dos elecciones generales en las que el conservador PP venció pero sin mayoría suficiente para gobernar.

La reacción de la cúpula del PSOE a las palabras del ex presidente socialista, quien gobernó entre 1982 y 1994, no se hizo esperar. Primero en un comunicado y poco después Sánchez brindó una entrevista al periódico digital “eldiario.es” en la que fue determinante: “Las decisiones las toma esta Ejecutiva y yo en primera persona”, dijo.

El líder del PSOE se refirió a los dos bandos que existen en el PSOE y defendió su apuesta de recurrir a la militancia. Pero los rivales de Sánchez, encabezados por Susana Díaz, querían evitar la convocatoria a todo costa.

Los rumores de que querían forzar su salida con un dimisión en masa de la mitad de la Ejecutiva eran tan fuertes que el propio Sanchez salió a enfrentarlos: “Si no se sienten parte de este proyecto, yo en su lugar dimitiría hoy”, sostuvo. Y así lo hicieron.

A pesar de ello, el objetivo de Sánchez, que era celebrar un Congreso Federal, que previamente requiere celebrar primarias, sigue adelante. Sus críticos aún pueden lograr frenarlo convenciendo a la mayoría de los 290 integrantes del Comité Federal socialista. Y si todo esto no funciona, Díaz ya sugirió que si sus compañeros se lo piden dará un paso al frente y disputará a Sánchez el liderazgo del PSOE.

“Políticamente es muy grave lo que ocurrió”, porque “algunos o algunas” han querido torcer la voluntad de los órganos legítimos respaldados por los militantes, denunció Luena, fiel a Sánchez.

“Se acaba el teatro y se consuma un golpe de régimen”, denunció la vocera de Podemos en el parlamento, Irene Montero, quien cree que el intento de voltear a Sánchez acerca a España a un gobierno del PP, ya que Rajoy sólo contempla ser investido con la abstención del PSOE. Pablo Iglesias además ya da por perdida la posibilidad de que se forme un gobierno alternativo a los conservadores, liderado por el socialista Sánchez.

La política española está pendiente de lo que ocurra en el seno del PSOE, ya que de ello depende que haya un nuevo gobierno antes del 31 de octubre y se eviten unas terceras elecciones generales consecutivas en un año.

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Pedro Sánchez enfrenta una rebelión dentro del PSOE por su negativa a favorecer un gobierno del PP.
 
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